EL REPASO

Alfonso Rojo: “Se van a quedar Boye y sus compinches periodísticos con tres palmos de narices”

"Estaríamos encantados de pagar esos 5.000 euros pero no a Boye, sino a su víctima, idea que a los jueces les ha parecido estupenda"

Aunque mi padre, que era un hombre sabio, aconsejaba no meterse nunca con los médicos o los jueces, porque existe el riesgo de caer en sus manos, voy a repetir eso de que la Justicia en España tiene algo de Lotería.

Unas veces se gana y otras se pierde.

Hoy empatamos y a propósito de este sujeto malencarado que pueden ver en el vídeo que aparece arriba.

Probablemente ni se han enterado, porque son ustedes gente de bien y no consumen ese tipo de bazofia informativa, pero ElDiario.es publicaba hace unos días que el Tribunal Supremo desestimaba el recurso de Periodista Digital y que por tanto, tendríamos que indemnizar con 5.000 euros a Gonzalo Boye, el personaje del vídeo, por referirnos a él como “etarra, terrorista o exetarra” y dedicarle epítetos como “facineroso, gentuza, marrullero, picapleitos o siniestro”.

En la nota de ElDiario.es, que firma Alberto Pozas, director general de Información de La Moncloa en tiempos de Zapatero e imputado en el caso Villarejo, se puntualiza que, además, tendremos que publicar la sentencia durante una semana en nuestra web y redes sociales.
Pues va a ser que no. O por lo menos, no como lo cuentan y desearían los amigos periodísticos de los malos.

El tal Boyé, como se cuenta en el vídeo y se puede leer en Wikipedia, fue condenado en 1996 a 14 años de cárcel por colaborar con ETA en el secuestro del empresario Emiliano Revilla, quien permaneció 249 días en manos de los terroristas y por el que su familia pagó un rescate de 1.000 millones de las antiguas pesetas.

A eso nos referimos siempre cuando calificamos a Boye, pero nadie es perfecto y, al parecer, no es lo mismo ser etarra que secuestrar por orden de ETA. Y la Justicia entiende que poner el énfasis en lo primero, es ofensivo, denigratorio y hasta insultante.

Vale, pero resulta que el tal Boye, como es habitual entre sus amigos, nunca ha saldado sus deuda con sus víctimas, deuda que en el caso de Revilla asciende a 200 millones de pesetas.

Siempre se ha declarado insolvente, condición que choca porque es abogado defensor de personajes relevantes, y no sólo del golpista Puigdemont o el narcotraficante Miñanco, y viaja a todo tren por el mundo.

A la vista de esto, el abogado de Periodista Digital que es Álvaro Rojo, mi hijo mayor, se dirigió a la Audiencia Nacional – aquí ven el escrito- comentando que estaríamos encantados de pagar esos 5.000 euros pero no a Boye, sino a su víctima, idea que a los jueces les ha parecido estupenda.

Se van a quedar los malos, Boye, los de ElDiario.es  y todos esos periodistas del pesebre socialista, con tres palmos de narices. 

No creo que a Emiliano Revilla, que tiene ya 94 años y sufrió su calvario hace más de tres décadas, le represente mucho ese dinero.

Tampoco a nosotros, pero ya saben nuestro lema: llevar alivio al débil e intranquilidad al poderoso. Y más si este último es, además, un facineroso de tomo y lomo.

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