Hoy estaba previsto que el CNI celebrara su veinte aniversario con un discurso del Rey y con la presencia de miembros de los servicios de espionaje de otros países. Todo se ha anulado. Las invitaciones enviadas hace semanas se han devuelto y todo por el espectáculo del domingo pasado: esa supuesta aparición del espionaje a Sánchez y a Margarita Robles que conocía el Gobierno hace más de un año.
La situación es tan brutal que Margarita Robles ha sido silenciada por el Gobierno. Le han obligado a anular las entrevistas que tenía cerradas en diferentes medios de comunicación. Quieren solo a Félix Bolaños, que solo su versión oficial o su media verdad o su mentira entera sea noticia.
Mientras tanto, la directora del CNI, 40 años trabajando en el cuerpo, una trabajadora incansable y respetada, pretenden que sea la cabeza de turco para silenciar a los que piden sangre: a Esquerra, Bildu, la CUP, Podemos… Socios del Gobierno que piden la cabeza de alguien por el supuesto espionaje.
El Gobierno no le va a dejar caer ahora porque el día 29 y 30 del mes que viene se celebra la cumbre de la OTAN. ¿Cómo pueden celebrar una cumbre de la OTAN en Madrid dejando caer a todo su servicio de espionaje?
De eso se hablará mucho las próximas semanas porque hay una verdadera revolución entre los 3.000 miembros del CNI hartos de que se les manipule políticamente. Lo peor ayer fue la escena de ver a La CUP, a Bildu y a Esquerra, a gente como Rufián o a Aizpurua condenada por delito de banda terrorista sentados en la Comisión de Secretos Oficiales escuchando al CNI.
Es para llorar si no fuese porque hoy se celebran 20 años de un cuerpo que tiene este país, el CNI, que nos ha evitado infinidad de atentados terroristas, que ha metido en prisión a muchos etarras y que gracias a su trabajo silencioso, muchos de los que hoy gritan contra él están vivos.
