PSOE y Podemos se oponen a que la seguridad de los móviles del presidente y de los altos cargos sean tarea del Centro Criptológico Nacional

El Gobierno reconoce que la seguridad del móvil de Sánchez depende de Bolaños pero destituyó a la directora del CNI

Sánchez, Bolaños y Margarita Robles se cargaron a Paz Esteban para contentar a sus socios separatistas

El Gobierno reconoce que la seguridad del móvil de Sánchez depende de Bolaños pero destituyó a la directora del CNI
Félix Bolaños con Pedro Sánchez (PSOE). PD

Tienen estos del Gobierno Sánchez una cara que se la pisan.

La hipocresía de los socialcomunistas es insuperable: si Pedro Sánchez aseguró que destituyó a la presidenta del CNI por el espionaje de su teléfono móvil y el de otros ministros y las competencias en materia de seguridad de los móviles depende de La Moncloa, ¿por qué el presidente del Gobierno, en lugar de destituir a Paz Esteban, no destituyó a Félix Bolaños, que era el responsable?

PSOE y Podemos han rechazado ahora una  proposición no de ley del PP que emplazaba al Ejecutivo a que «asigne la competencia de la seguridad de los móviles del presidente y de los altos cargos al Centro Criptológico Nacional», dependiente del CNI.

¿Y por qué?, se preguntarán ustedes. Pues porque quieren que su supervisión siga dependiendo del Departamento de Seguridad de La Moncloa, que fue a quien le colaron Pegasus.

El PP sometió a debate y votación e en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados una proposición no de ley de apoyo a los miembros de los servicios secretos españoles que emplazaba a Moncloa a este cambio de competencia. Sin embargo, no salió adelante por los votos socialistas y podemitas.

El socialcomunismo se ha retratado: por si alguien tenía dudas, está claro que la presidenta del CNI no tuvo culpa alguna del espionaje de los móviles de los miembros del Gobierno.

Advirtió reiteradamente del peligro de Pegasus y el Departamento de Seguridad de la Moncloa, que era y es responsable de revisar los teléfonos móviles, no hizo nada.

Pero como a Sánchez los golpistas catalanes le exigieron la cabeza de la ministra de Defensa, entregó como chivo expiatorio la cabeza de la ejemplar responsable del Centro Nacional de Inteligencia.

La ignominia de Sánchez suma y sigue. Cargaron las culpas sobre una func ionaria impecable para aplacar a los golpistas, acusándola vilmente de ser responsable del agujero de seguridad del que ellos eran los únicos culpables.

Miserable.

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