Es la ‘nueva’ Rosa María Mateo.
Elena Sánchez llega a la presidencia de RTVE, cierto es que como interina, tras la decapitación de José Manuel Pérez Tornero.
Y su primera misión está más que definida, limpiar la radio y la televisión públicas de todo aquello que moleste a Pedro Sánchez.
Dicho en plata, toda una comisaria política con vistas a proteger y a ensalzar al PSOE de cara a los procesos electorales que se avecinan de cara a 2023.
Una de las razones para la sustitución del máximo exponente en RTVE respondió al listado que desde hace tiempo se le había hecho llegar al propio Pérez Tornero sobre el número de veces y minutos en pantalla que habían tenido tertulianos de derechas en los diferentes programas.
Básicamente, se le había venido a decir al ya expresidente de la cadena pública que, o bien empezaba a ponerse coto a los periodistas de esa tendencia, o habría que tomar decisiones drásticas.
Visto lo visto, está claro que se optó por la segunda opción, aunque se haya querido revestir de dimisión lo que no deja de ser un cese en toda regla.
A partir de ahora es Elena Sánchez la que toma los mandos y, al igual que pasó con Rosa María Mateo, su puesto es provisional.
Cierto es que no será ya una administradora única, pero su puesto sigue teniendo la misma cualidad, la interinidad.
De hecho es el PSOE quien más interés tenía en colocarla en el primer lugar de la lista y hasta su nombre llegó a sonar con fuerza como la candidata que Pedro Sánchez quiso poner a dedo antes de que se produjera el acuerdo en el seno del Consejo de RTVE para que Pérez Tornero ejerciera su corta presidencia.
Sus vinculaciones con la facción socialista de RTVE son más que evidentes. Tanto es así que en el año 2018, después de dejar la casa, fue recuperada por Rosa María Mateo para formar parte de la corporación ejerciendo las funciones de secretaria general corporativa.
Su entrada en TVE se produce en el año 1984, de la mano del Gobierno de Felipe González (PSOE), tras haber estado dos años en la Agencia EFE.
Durante el último mandato de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y una gran parte de la primera legislatura de Mariano Rajoy (PP) fue la defensora del espectador, cargo que ocupó de 2008 a 2014.
El enfado dentro del plantel de trabajadores de RTVE es más que palpable.
Denuncian que a pesar de las promesas de Pedro Sánchez de hacer una TVE plural y sin sesgos políticos, la realidad es todo lo contrario:
Es inadmisible que el enchufismo y el colegueo político esté dentro del medio de comunicación estatal. A este paso vamos camino del cierre de la televisión española. Todos los políticos siempre dicen que la televisión pública debe ser neutral y que no haya influencias en nuestro trabajo, pero nunca pasa. Es muy triste que la labor que hacemos día a día se vea empañado de esta manera.
Para empleados históricos de la casa, la designación de Elena Sánchez solo tiene un calificativo:
Es una chapuza histórica.
UN MARIDO MUY VINCULADO AL SOCIALISMO
Sánchez está casada con Pedro Pablo Mansilla, de Puertollano, del PSOE.
Mansilla fue director general de Instituciones Penitenciarias en el Gobierno de Felipe González. En este cargo, fue el responsable de impulsar un plan para construir 19 nuevas prisiones. Abandonó la política en 1994 para iniciar su trayectoria como promotor inmobiliario.
El entonces presidente de RTVE, Luis Fernández, encargó en 2007 a Pedro Pablo Mansilla gestionar y negociar la mayor operación inmobiliaria puesta en marcha por el ente público: la venta de 200.000 metros cuadrados de suelo, incluyendo las instalaciones históricas de Prado del Rey.
La operación resultó especialmente polémica ya que, para llevarla a cabo, Luis Fernández designó a dedo y sin concurso a un empresario estrechamente ligado al PSOE. Ahora, su esposa, la periodista Elena Sánchez, se perfila como la candidata de los socialistas y Podemos para presidir RTVE.
