En plena semana monolítica sobre fiscalidad, Raúl del Pozo abre la puerta, nunca mejor dicho, a otro asunto de capital relevancia.
Y es que en el seno de los socialistas anidaba el temor a que se les viese como una formación que, en vez de luchar contra el fenómeno de los okupas, se dedicaba a desahuciar por doquier.
Del Pozo deja bien claro quién es un okupa:
Se llaman okupas a los que se apoderan de las viviendas mientras los dueños se van de vacaciones o a la compra. Hay ciudadanos que después de estar toda una vida pagando una casa no pueden vivir en ella. Los okupas pertenecen a una contracultura que incitaba a okupar viviendas deshabitadas y después también a donde vivía gente, amenazaban con quemar las casas si no las cedían y la poli no les podía poner las pulseras porque les acusaban de allanamiento de morada. En la pancarta rotulaban «tenemos derecho a un piso, si no nos lo dan, lo cogemos».
Aporta datos irrefutables sobre la gravedad que representa la okupación, un fenómeno de las grandes ciudades, pero también de los núcleos pequeños:
La okupación ha aumentado en Madrid y en Barcelona donde hay usurpaciones de inmuebles cada semana. También hay pueblos de 3.000 vecinos con doscientas casas guindadas.
Después de decir tantas veces que lo de los okupas era un invento de la derecha, el Partido Socialista ha propuesto desalojar a los okupas en 48 horas.
Podemos estará contra esa ley. Yolanda, la vicepresidenta negó que España sea el paraíso de los okupas y que eso no es un problema real. Acusan al PSOE de seguir las tácticas de la derecha para echar a los invasores con una patada en el culo.