CONTENIDO CARO, DE DIFÍCIL INSERCIÓN EN LA PARRILLA Y UN PERSONAJE ESCASAMENTE CREÍBLE QUE ESPANTARÁ A LA AUDIENCIA

Los tres problemas de compleja solución para que el ‘reality’ de Sánchez vea la luz

"Esto es un producto que te va a llegar hecho, en tono de alabanzas, con tufillo propagandístico, que está controlado políticamente, muy medido y muy poco natural"

Pedro Sánchez, en el desayuno con Begoña Gómez, su esposa.
Pedro Sánchez, en el desayuno con Begoña Gómez, su esposa.

Todo un golpe a su egolatría.

Tiene complicado el presidente del Gobierno socialcomunista que los españoles le puedan ver en acción.

El ‘reality’ de Pedro Sánchez, ‘Las cuatro estaciones‘, está más varado que un autobús municipal en plena ‘Filomena’.

Ya está todo listo y preparado para que los espectadores puedan contemplar las andanzas de ‘Falconetti‘, pero a día de hoy, tal y como publica el diario ABC, la cuestión de ver la pieza audiovisual se antoja harto imposible.

Para empezar, el coste de la misma.

La broma puede irse a una cifra que ronda la horquilla de los 800.000 hasta los 1,6 millones de euros.

Si fuese para una televisión de ámbito nacional, la cantidad sería mucho más económica, más cerca del primer segmento económico.

Sin embargo, de irse a una plataforma internacional HBO, Netflix o Amazon Prime, el desembolso puede llegar a los 400.000 euros por episodio. Es decir, 1.600.000 euros por la serie completa.

Otro de los problemas es el propio Pedro Sánchez.

Las televisiones consideran que la audiencia podría tener en el primer episodio algo de curiosidad morbosa por ver cómo se desarrolla la serie.

Pero en cuanto perciban que se trata de mera propaganda y un culto rayano en lo norcoreano a la figura del presidente del Ejecutivo, la audiencia caerá en picado y hasta puede que le hagan la cruz a la cadena que se arriesgue a darlo. Según algunos expertos:

Habrá mucha gente que va a decir que no quiere ver a este tipo subiéndose al Falcon… En el primer capítulo igual se asoma algún espectador más, pero no tiene pinta de mantener una buena audiencia y te metes en un jardín. Aparte, si ya es complicado un proceso en el que hay dos partes, la cadena que encarga y la parte creativa de quien lo hace, y siempre hay tensión, aquí hay otra pata y es La Moncloa. Como televisión quiero controlar el contenido, que se le pregunte al presidente sobre determinadas cuestiones, pero esto es un producto que te va a llegar hecho, en tono de alabanzas, con tufillo propagandístico, que está controlado políticamente, muy medido, muy poco natural y que nace de las personas que están asesorando al presidente del Gobierno en materia mediática.

Además, por el tipo de producto que es, se hace inviable que las televisiones públicas, sea TVE o las autonómicas, puedan darlo, entre otras razones porque ya se está en un período electoral que se supone largo, con autonómicas y municipales en el mes de mayo de 2023 y las generales medio año después, en diciembre de ese 2023.

Finalmente, la duración de cada episodio generaría problemas en la parrilla.

Los responsables de las cadenas a los que ha consultado ABC destacan una doble dificultad que resulta insoslayable.

La docuserie no puede darse en horario de ‘prime time’, aunque el producto así lo amerite, porque los 45 minutos que dura cada uno de los 4 capítulos obligaría a buscar algo más para llenar esa franja.

Y, de llevarse al ‘late night’ tampoco cabría la posibilidad de sacarle rédito comercial.

Hay que tener en cuenta que ese rango de 800.000 a 1,6 millones de euros es pasta más que considerable y las televisiones no están dispuestas a ir a pérdidas ante el temor de que los anunciantes den la espalda al producto sanchista.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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