EL REPASO

Alfonso Rojo: “Almodóvar, Bardem, Iglesias y los 33 fenómenos de Podemos que se lo llevan crudo”

Javier Bardem es un actor sublime y un caradura de lujo, porque cuando tuvo que cerrar el restaurante familiar y despedir al personal porque les devoraban las pérdidas, tiró de la legislación laboral aprobada por el PP de Rajoy y que tan indignante le parecía hasta entonces

Lo de los progres ‘caviar’ es para partirse la caja.

Seguro que se acuerdan de cuando Richard Gere, conmovido por la tragedia de los inmigrantes ‘sin papeles’ que intentan cruzar el Mediterráneo, se acercó en su yate a entregar alimentos a los 124 refugiados apelmazados en el ‘Open Arms’.

El gesto de la estrella de Hollywood, que tiene una fortuna de 300 millones de dólares, fue muy aplaudido en las redes sociales, donde se consideró de mal gusto recordar que el bueno de Richard no dio a los desventurados ni las latas de caviar de su nevera, ni los vinos franceses que lleva en la bodega de su lujosa embarcación de recreo.

Tampoco han considerado procedente las redes y los tertulianos a sueldo de Moncloa que subrayemos que Pedro Almodovar, quien el pasado fin de semana, ataviado con camiseta blanca con corazón verde, iba en primera fila de la manifestación contra Ayuso con una pancarta, corrió al lujoso Ruber Internacional cuando tuvo que operarse de una hernia o cuando sufrió una leve tendinitis.

Y se enfadan porque digamos que el cineasta, tan partidario de lo público, aparece en los papeles de Panamá, porque metía los beneficios de sus películas en un paraíso fiscal del Caribe.

Se puede ser rico y muy de izquierdas. Se puede vivir como un marqués y predicar contra el capitalismo, pero hay que tener mucha jeta para encima dar lecciones.

Javier Bardem es un actor sublime y un caradura de lujo, porque cuando tuvo que cerrar el restaurante familiar y despedir al personal porque les devoraban las pérdidas, tiró de la legislación laboral aprobada por el PP de Rajoy y que tan indignante le parecía hasta entonces.

Y lo mismo Luis Tosar y Wyoming y Évole y Ferreras y Roures, que fulminó a los empleados del fracasado diario Público como si fueran piratas sarracenos, cuando vio que el negocio que le había regalado Zapatero no pitaba.

No he citado a Pablo Iglesias, porque a la hora de elegir siempre tira más una mansión en la sierra que un pisito VPP en Vallecas, pero lo de Podemos se las trae.

Supongo que están al tanto de que, a día de hoy, la bancada podemita la forman 33 diputados.

Eran 35, pero uno perdió el sillón tras ser condenado por el Tribunal Supremo por patear a un policía y otra se les fue al Grupo Mixto, tras una bronca sobre corrupción. Hay un tercero que renunció hace poco al acta tras ser denunciado por agredir a su mujer, pero ese ha sido sustituido.

O sea; 33 fenómenos cada uno de los cuales gana al mes unos 6.000 euros de sueldo, a los que hay que sumar innumerables chollos y chupetines.

Esta claro que ser muy de izquierdas no es incompatible con llevárselo crudo.

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