Campaña electoral del 28-M

Cinco años de sumisión de Sánchez a Bildu: de lamentar el suicidio de etarras a asumir las candidaturas de asesinos

El jefe del PSOE dice que no es 'decente' lo que hacen sus socios, pero se abraza a ellos entusiasmado y con él todo el PSOE

Sánchez (PSOE), Otegi (BILDU) y las víctimas de ETA
Sánchez (PSOE), Otegi (BILDU) y las víctimas de ETA. PD

Con una caradura que espanta y forzado porque un periodista se atrevió por fin a preguntarle por ello, el socialista Pedro Sánchez afirmó este 12 de mayo de 2023 en Washington que es ‘legal‘, pero no le parece ‘decente’, que sus socios de Bildu lleven en sus listas, de cara a las elecciones municipales de este 28-M, a 44 terroristas de ETA, incluidos 7 asesinos con delitos de sangre.

Lo indecente es que él y ese PSOE indigno y pastelero sobre el que reina, pacten con los proetarras y los hayan convertido en su socio preferente.

Y que se encaminen a los comicios de dentro de dos semanas, con la voluntad expresa de seguir abrazados a ellos y de sumar a los carniceros a cualquier gobierno autonómico o ayuntamiento que se tercie.

Son ya cinco años los que dura la sumisión de los socialistas a los proetarras y el asunto tiene trazas de perpetuarse, por muchos aspavientos que cínicos como Page, Lambán o Vara hagan ante los periodistas.

Al PSOE le da repelús recordarlo, pero fue en 2020 cuando los facinerosos de Bildu aplaudieron de forma expresa lo que calificaron de ‘valentía’ del presidente del Gobierno, cuando este lamentó ‘profundamente’ en el Senado el suicidio del criminal etarra Igor González.

“Es un paso simbólico, pero lo que es importante es que empiece a hacer lo que dijo que iba a hacer, dijo que iba a acercar los presos».

Fueron las palabras de la entonces portavoz de Bildu, Maddalen Iriarte, y no tardarían mucho Sánchez y su ministro Marlaska en empezar a mover hacia sus casas a terroristas presos.

Todo a cambio del apoyo de Bildu en el Parlamento y a su respaldo a la permanencia del jefe del PSOE en la Moncloa.

Ahora y tras pinchar la estrategia de guardar silencio sobre el pringoso asunto de los asesinos en las listas de Bildu, que inicialmente eligieron sus asesores, y tras salir de su reunión con Biden en la Casa Blanca, Sánchez ha dicho que “hay cosas que pueden ser legales pero no son decentes y esta es una de ellas”.

Sobre romper con los ‘indecentes’ o dejar de contar con ellos para formar gobierno en Navarra, aprobar leyes en Madrid o controlar ayuntamientos, nada de nada.

La estrategia del brazo político de ETA es evidente: aprovechar la inmoralidad de Sánchez, para ampliar su espacio político y reescribir la Historia.

“Hay que cristalizar las condiciones que hemos creado a través de 60 años de lucha y habiendo transcurrido diez largos años desde que acometimos el cambio de estrategia, ha llegado el momento de dar por superada la perspectiva de la transición”

Es una párrafo literal de la ponencia que Sortu -el ala más dura de Bildu– presentó en 2022 para sentar las bases de su camino “hacia la independencia” del País Vasco.

Dentro de ese plan y sabiendo que Sánchez se tragará lo que sea, van la inclusión de terroristas en sus listas y presentar asesinos como candidatos.

Asesinos que pactarán con el PSOE también lo que sea, una vez hecho el recuento de papeletas.

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