Alfonso Rojo: “Te equivocas Carlos Herrera; al PSOE no hay que refundarlo, sino enterrarlo”

¡A buenas horas mangas verdes!

Si es usted muy joven, puede que ni le suene la frase, pero los de mi generación se hartaron de oírla.

Se utiliza cuando algo esperado con ansiedad, se produce cuando ya no sirve para nada.

Comenzó a usarse hace más de 500 años, en tiempos de los Reyes Católicos y hace referencia a los cuadrilleros de la Santa Hermandad, que vestían de verde y habitualmente llegaban tarde a la escena del crimen, cuando los ladrones, los bandoleros y los asesinos ya se habían dado la fuga.

¿Por qué les cuento esto?

Pues viene a propósito de la reunión en la que viejos socialistas, como Rodríguez Ibarra, Fali Delgado, Cesar Antonio Molina, Nicolás Redondo, Leguina, Corcuera y otros altos cargos de la época de Felipe González, han criticado el discurso guerracivilista de Sánchez, censurado su pacto con los etarras de Bildu, renegado de su abrazo a los independentistas, abominando de sus chapuzas con Podemos y llamado a la refundación del PSOE.

Hablando del emotivo acto, afirma Carlos Herrera en la COPE que el Partido Socialista tiene que hacer caso a la ‘vieja guardia’, sentarse en el ‘diván’ y rehacerse.

No Carlos, no.

Por el bien de España, dónde tiene que ir el PSOE no es al psiquiatra sino al cementerio.

Que no se me distraiga el personal y crea que esto se arregla echando a Sánchez, como vamos a hacer el próximo 23 de julio, y renovando cargos y caras en las estructuras socialistas.

El tipo es infame, pero el mal no comenzó con él, sino mucho antes, cuando Zapatero entró en La Moncloa montado en la onda expansiva de las bombas islamistas del 11M y los dirigentes socialistas interiorizaron que si, para chupar del frasco y disfrutar del sillón, era necesario chalanear con ETA, pastelear con los separatistas y resucitar los demonios de la Guerra del 36, se hacía y listo.

Y el drama fue que el pensamiento inmoral -que asumieron interesadamente desde Page a Puig, pasando por Vara, y que con la llegada al poder de Sánchez se exacerbó hasta el vómito- impregnó de arriba-abajo todo el partido, cuyos militantes y votantes han terminado por considerar mejores a los asesinos de ETA, que a sus víctimas y prefieren a un separatista como Junqueras, que a una patriota como Ayuso.

No hay arreglo posible. El peligro para España no son el etarra Otegi, el defraudador Monedero, el azotador Iglesias, el tal Rufián o la mema Irene Montero.

Muchos de esos sueñan con mandarnos a la cheka, pero no tienen fuerzas para hacerlo.

 

El germen del mal, el problema de verdad, es el PSOE, la estructura, la organización, la empresa, el montaje, que ha dejado de ser un partido proespañol y que, con sus 6,7 u 8 millones de votantes, sus alcaldes, sus diputados y sus barones autonómicos da sustento, cobijo y fuerza a los zarrapastrosos.

Conclusión: hay que echar a Sánchez y enterrar al PSOE.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Los vídeos más vistos

Lo más leído