Explicaba Alfonso Rojo el pasado 24 de septiembre de 2023, cuando todavía no había perdido Feijóo su investidura pero ya se dabe por inevitable, que el Rey Felipe VI se iba a enfrentar en breve a un endiablado dilema.
Y será la semana que empieza este lunes 2 de octubre.
El monarca deberá optar entre proponer al jefe del PSOE como candidato, consciente de que el felón impulsa un proyecto que atenta contra la Constitución y la unidad de la Patria, o dejar correr el calendario y que tengamos nuevas elecciones.
Para hacer esto segundo, que es un mal menor visto el panorama, Felipe VI tendría que decirle a la cara a Sánchez, cuando este acuda a La Zarzuela alegando tener garantizados los 178 votos de rigor, que no le consta fehacientemente que ERC, Junts, Bildu y BNG le respalden, porque los facinerosos se han autoexcluido de la audiencia real, alegando que les parece un oprobio informar de nada al Rey de España.
Afirman expertos de verdad como Mario Conde que esa opción no es juridicamente posible, de acuerdo con nuestra Constitución, pero no todos piensan lo mismo.
El Rey Felipe VI iniciará este lunes la segunda ronda de contactos con los grupos parlamentarios de cara a la formación de Gobierno tras la investidura fallida del líder del PP, según ha anunciado Zarzuela.
Se trata de la décima ronda de consultas en 9 años para el actual Rey, las mismas que realizó Juan Carlos I en 39 años.
El monarca recibió a primera hora de la tarde del pasado viernes a la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, quien le informó oficialmente de que Feijóo no ha conseguido los votos necesarios para ser investido presidente del Gobierno.
Ante esta circunstancia, Felipe VI trasladado de inemdiato a la sanchista Armengol «su decisión de realizar nuevas consultas con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria los próximos días 2 y 3″.
La segunda ronda de consultas se produce en un escenario insólito en democracia.
La ronda del Jefe del Estado con los representantes de los grupos políticos tiene como objeto, como su propio nombre indica, consultar; o sea, testar la opinión de las distintas fuerzas parlamentarias para, en virtud de la misma, tomar una decisión.
Pero varias de las fuerzas parlamentarias que podrían ungir presidente a Sánchez rechazan de plano acudir al Palacio de la Zarzuela.
Eso, a pesar de lo que explica Mario Conde, dificulta el cumplimiento del artículo 99 de la Constitución: «El Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través de la Presidencia del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno».
¿Puede el Rey designar un candidato a ciegas; esto es, sin conocer la opinión de las formaciones clave para una eventual formación de Gobierno?
Cuando Sánchez de a entender que tiene los 178 votos necesarios y que por tanto está en condiciones de formar gobierno, parece lógico que el Jefe del Estado le pregunte por los ‘detalles‘.
En otras palabras, por el apaño con Puigdemont y Junqueras.
¿Revelará Sánchez al Rey su disposición a cumplir con las condiciones que de Junts o ERC, que le exigen la amnistía y el referéndum de autodeterminación?
¿Ocultará al Jefe del Estado el precio que está dispuesto a pagar para seguir durmiendo en La Moncloa?
El jefe del PSOE sólo será presidente del Gobierno con los votos de los enemigos de España y los enemigos declarados del Rey con el que se niegan a reunirse, lo que sitúa a Felipe VI en una compleja y surrealista encrucijada.