Carta abierta a Yolanda Díaz, como editorial en directo del programa Generación Euro de este 16 de enero de 2024:
«Hoy me voy a poner el chaleco de Elena Francis, que supongo que sabes, mi querida amiga, quién era, un personaje mítico en la radio de los 60, un personaje por lo demás inventado, ficticio, no existía, y cuyas cartas, que eran consejos sentimentales y consejos de vida, que aprovechaba el régimen de la época para hacer su propaganda, y que en la carta escribía un hombre…»
«Mi querida amiga, te digo, quiero decir, o cambias de modos y maneras de hacer política, o tienes menos futuro que el sobaco de un grillo. Lo tienes más negro que el sobaco de un grillo».
«En una semana, poco más, has conseguido cabrear a todo el mundo. Has cabreado a los empresarios, haciendo, perpetrando por la puerta de atrás y prácticamente sin negociarla con nadie, simplemente con tus amigos Unai, con el de la pasmina, una subida del salario mínimo del 5%, de 1080 a 1134».
«Esto es una cosa que, desde el punto de vista de la propaganda y el relato, para la izquierda es muy sencilla, de vender al respetable. Pues no sé de qué se quejan los empresarios, para una, con perdón, mierda de subida de poco más de 50 euros al mes, la que están montando, que al fin y al cabo son las migajas que se les caen a ellos de sus opulentas mesas y de las que mal vivimos, obreros, trabajadores, que llevamos todo el día a los ojos como melocotones, porque nos tenemos que levantar a las 5 de la mañana para abrir el bar, para ir a la obra, o para ir a fregar portales, labor muy digna y muy respetable, porque más también, incluso desde que nos enteramos de que todas las políticas, barra y o, los políticos de izquierdas, todos habían tenido una madre o una abuela que fregaba escaleras, merced a esa desafortunada frase de la que ya no es alcaldesa de Pamplona».
«Bueno, pues esto no es exactamente así, no son 50 y tantos euros al mes de nada, esto tiene unas derivadas mucho más endiabladas de las que parece, desde el punto de vista técnico, pero vuelvo a la política, mi querida amiga, desde el punto de vista político, no parece un buen negocio aprobar cuestiones tan sensibles y nucleares para la economía como esta, simplemente pactando con tus amiguetes, y despreciando a los empresarios. Y no solo a los empresarios, pero no porque hayas hecho una subida del 5, que podría haber sido del 6, o del 4%, no, porque ni les has llamado, y tienes a Garamendi que está echando las bolas y con razón, y a todos los grandes empresarios, y no solo él, también a los representantes de las pequeñas y medianas empresas, que tienen también su tejido corporativo y sus asociaciones a las que, pues, les hubiera gustado simplemente que tú o alguien de tu ministerio les tuviera en cuenta y les hubiera llamado».
«Pero no solamente, mi querida amiga. Mi querida amiga, has conseguido cabrear a los empresarios. Tienes ya muy cabreada a la gente de Podemos. Tú ahora, que eres líder de Sumar, y lo único que has hecho desde que has encabezado esa candidatura, esa marca blanca del Partido Socialista, que es lo que eres, porque Sumar es una suerte de, bueno, pues, de filial de la matriz que es el Partido Socialista. No has hecho más, digo, que cabrearles y que cosechar fracaso tras fracaso, porque, y esto enésima traición, política, tu primera traición fue a alguien que yo conocí bien, a un tipo llamado Pablo Iglesias, que fue quien te llamó, lo cuento siempre así, pero es que es verdad que estaba regando las plantas aquella mañana, por lo visto, según ha dicho, o ha dejado escrito un biógrafo muy de tu gusto…»
«Estabas regando los tiestos en Ferrol y te llamó y te dijo, Yolanda, tú eres la elegida. Y a ti inmediatamente te tembló todo. Te tembló todo, ¿no? Estoy pensando en una canción de Rocío Jurado, pero no sé si es muy para estas horas. Todo, todo tembló dentro de ti, sentiste ahí como una especie de chispazo eléctrico, aunque luego digas que no, que tú no querías en el fondo. Joder, menos mal que no querías, porque a lo tonto, a lo tonto, así sin darte cuenta, pues has llegado a ser Vicepresidenta Segunda y Ministra de Trabajo o de empleo, como lo llamáis ahora».
«Bueno, pues una vez que has llegado, te has venido arriba. Y has hecho una de las… Una de las cosas más torpes que se puede hacer en política, que es no ir separando a los que en principio fueron tus valedores y por tanto tus amigos, sino directamente despreciarles públicamente, insultarles. Un desprecio es una forma de insulto, ¿no? Y no soy el presidente precisamente del club de fans de Irene Montero ni de la niña de la curva, pero es que, joder, es que te has sobrado con ellas. Es que te has sobrado, pero vamos, de una manera, y esta no te la perduran ni por el forro».
Para ver el final de la carta abierta, les citamos en el vídeo completo.