Hay quien sostiene en la planta quinta de la sede central el PP, donde tiene su despacho Alberto Núñez Feijóo, que la balear Marga Prohens es un calco de la amortizada Cristina Cifuentes.
Dicen en Génova 13 que se parecen en casi todo, empezando por el estilo, siguiendo por las ‘debilidades‘ políticas y acabando por la ‘flexibilidad’ en lo que se refiere a los principios: «Nada es sólido, todo es líquido’.
Matices aparte, lo cierto es que en los diez meses que lleva como presidenta autonómica de Baleares, la popular Prohens ha dejado reiteradamente patente que las pilla al vuelo y que nada, ni siquiera sus bromas electorales son inviolables.
Hasta hace nada, el ‘decrecimiento’ era para ella y para el PP de las islas un termino ’tabú’: el sinónimo de ‘turismofobia’, en una región en las que sector turístico representa -nada más y nada menos- que el 44,8% del PIB.
Ahora, de repente, por arte de birliborque o más exactamente porque el viento demoscópico sopla de momento en ese sentido, es asumido por Marga Prohens como el único camino posible para mitigar la saturación.
La líder popular, asesorada por sus gurús locales, ha llegado a la conclusión de que el malestar, ante el colapso derivado de crecimientos turísticos y poblacionales desbocados, se ha hecho ‘transversal’ y se olvida de todo lo que sostuvo en el pasado.
Adios principios, good by argumentos.
Ha bastado que los vecinos de Sóller, agobiados por las kilométricas colas de visitantes que invaden el municipio, se pusieran bravos, para que Prohens pegue un volantazo.
Y fiel a su estilo no se conforma con aceptar la posibilidad de cambiar de políticas.
Quiere sacar partido y se pone en primera línea para liderar la ‘indignación’.
Le ha pasado lo mismo y es mucho más grave con el espinoso asunto de la lengua.
Fue ver que la manifestación en favor de imponer el catalán era numerosa y que le convocaban otra para este 25 de mayo, para sumarse a la banda y negar ‘oficialmente’ el derecho de cuatro familias a que sus hijos reciban al menos el 25% de la enseñanza en español.
Con toda la razón del mundo y a pesar de haber apoyado su investidura, VOX acusa ahora a Prohens de “ignorar las demandas de los padres que desean que sus hijos estudien también en español, lengua oficial del Estado y tan legítima como cualquier otra en el territorio español”.
Manuela Cañadas, portavoz del partido de Abascal en el Parlament balear, es especialmente dura:
“Prohens, su Govern y el PP de baleares aprueban por la mañana aprueban la financiación de organizaciones separatistas y por la tarde permiten que se repruebe a Su Majestad el Rey Felipe VI, socavando así la cohesión nacional”.
