Ha intentado el muy caradura ponerse gracioso.
Y hasta ha agradecido Pedro Sánchez, con una sonrisa que era un rictus de dolor, la presencia de los abucheadores, diciendo que siempre le acompañan.
Esto último es una verdad como un castillo.
Como le ocurre en todas las ocasiones que sale a la calle, el marido de Begoña ha palpado este 31 de mayo de 2024 -un día después de aprobar el PSOE y sus compinches la ilegal amnistía a Puigdemont– la indignación de la ciudadanía española de bien.
En esta ocasión ha sucedido en la localidad de Los Alcázares, frente al Mar Menor en la Región de Murcia, donde el jefe de los socialistas protagonizaba un mitin de campaña electoral junto a la líder de su lista a las europeas, Teresa Ribera.
Allí, los silbidos y los gritos de traidor fueron acompañados esta vez de bocinazos.
Visiblemente molesto y resignado, Sánchez reaccionó dando las gracias a los fans, que le siguen allá donde va.
Las protestas comenzaron a la llegada de Sánchez y Ribera: un grupo de ciudadanos dos pancartas, en las que se podía leer «Amnistía pa los payeses murcianos» y «Menos burocracia y más productos europeos», hizo sonar sus bocinas en señal de protesta.
Sánchez ha ordenado al PSOE que todos sus mítines para las europeas sean en recintos cerrados para evitar los abucheos.
En este caso no ha sido así, porque la presencia del marido de Begoña en Los Alcázares se decidió el día anterior, y no había margen para encontrar un lugar cerrado en la localidad murciana.
Y pasó lo que tiene que pasar.
