¡Menudo agujero ha abierto el rector de la Complutense en la estrategia de la defensa de Begoña Gómez.
Un máster público fraguado en La Moncloa, de manera fulgurante y con características excepcionales.
Esa es la descripción del ‘chiringuito’ que -sin ser siquiera licenciada- dirigía la mujer de Sánchez a la luz de la declaración ante el juez del rector Joaquín Goyache.
«Deje de gesticular, condiciona al testigo«, estas contundentes palabras del juez Juan Carlos Peinado no solo evidencian la tensión en el juicio de la mujer de Sánchez.
Dejan patente que la defensa está más interesada en entorpecer el proceso que en esclarecer los hechos.
Qué dicen que no quieren que se vea esto de nuevo… pic.twitter.com/NHqaQxIwBR
— Bartolo (@Bartolondrado) July 6, 2024
El abogado de Gómez, el ex ministro socialista Antonio Camacho, fue reprendido por el magistrado por sus gestos durante la declaración del rector de la Universidad Complutense, Joaquín Goyache.
Este comportamiento del abogado fue recurrente y percibido como una maniobra de «mala fe» para dilatar el caso, excusándose en la falta de recepción completa de la querella.
La insistencia de la defensa en suspender la declaración de Goyache resulta sospechosa.
Dos veces intentó Camacho detener el interrogatorio, primero alegando que la citación del rector no procedía al no estar relacionado con los hechos investigados, y luego argumentando indefensión.
Sin embargo, el juez desestimó estas peticiones, permitiendo que Goyache testificara, aunque esto generó evidente incomodidad en el abogado de Gómez.
El interrogatorio de Goyache giró en torno a la idoneidad de dirigir un máster sin una licenciatura, y si Gómez, responsable de una cátedra en la Complutense, cumplía con los requisitos necesarios. Goyache defendió que la experiencia en la materia, en este caso, el desarrollo sostenible, es suficiente. También negó conocimiento de irregularidades respecto al software presuntamente patentado por Gómez, a pesar de su alto coste y su financiación con fondos públicos.
Un dato revelador fue la admisión de Goyache sobre una reunión previa con Gómez en la Moncloa, antes de que ella asumiera la cátedra, sugiriendo un nivel de proximidad y comunicación que podría influir en la percepción de transparencia y ética en la contratación universitaria.
El papel del fiscal José Manuel San Baldomero también merece ser cuestionado, por sectario y por ridículo.
Sorprendió a los representantes de las acusaciones populares su pasividad durante el interrogatorio del rector, ya que no formuló ninguna pregunta, contrastando con la activa participación de la abogada de VOX, Marta Castro.
Esta actitud del fiscal, quien anteriormente se opuso a la investigación y a diversas diligencias ordenadas por el juez, refuerza la percepción de que está más interesado en defender a Gómez que en cumplir su rol de representante del Ministerio Público.
El rector Goyache ha confesado al juez que Begoña le citó en el Palacio de La Moncloa a mediados de 2020 para colaborar con la cátedra que ella comenzó a codirigir en la universidad.
Antes y para evitar que el asunto se les fuera de las amanos, el abogado de la defensa también solicitó aplazar la comparecencia de Goyache, quien comparecía como testigo.
El juez Peinado rechazó la petición
Goyache respondió a las preguntas durante aproximadamente una hora.
Aseguró que existe un informe según el cual, conforme a las normas de la Complutense, la cátedra codirigida por la mujer de Sánchez opera «con independencia económica».
Su testimonio es clave, ya que las posibles irregularidades en la cátedra, como el registro de un software a nombre de Gómez, han abierto una nueva línea de investigación.
Este software, según la querella de Hazte Oír, fue creado por Google, Indra y Telefónica.
La defensa de Gómez afirmó no conocer la existencia de esta querella.
Antes de la comparecencia de Goyache, el juez suspendió la declaración de Begoña Gómez y la reprogramó para el 19 de julio de 2024.