Y el ganador es… ¡Puigdemont!
Por goleada.
Tras su aparatoso número circense en el centro de Barcelona, en las narices del incompetente CNI, la ausente Policía Nacional de Marlaska y los sospechosos Mossos, el golpista reaparece en Waterloo y se jacta de burlar a las autoridades.
«Nunca he querido entregarme a una autoridad judicial que no es competente para perseguirnos por defender el derecho de autodeterminación y organizar el referéndum de independencia de Cataluña, ni tiene interés en hacer justicia».
Este 10 de agosto de 2024, por la tarde, el golpista Puigdemont ofreció una entrevista a TV3 en su residencia belga.
Posó ufano en su jardín y se fotografió en el despacho, feliz como una perdiz.
‼ #URGENTE
➡ @Santi_ABASCAL culpa a Pedro Sánchez de la impunidad de Puigdemont:
"Actúa como un miserable y es responsable de la destrucción del Estado de derecho y de que los criminales campen a sus anchas". pic.twitter.com/XhUQyYvdie
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) August 8, 2024
El huido dice que su estrategia demostró que los separatistas pueden desafiar a un Estado represor -en referencia por supuesto al español- y que no se rinden.
«Activamos un plan que parecía imposible. Estaba convencido de que podía acabar detenido, pero si salía bien, demostraría la fuerza de nuestros objetivos».
Afirma el caradura que su principal intención era la de «estar presente en la sesión de la investidura», pese a que esto sería, desde su punto de vista, «una detención segura»:
«Eso no me habría permitido tener ni la más mínima posibilidad de acceder a la Cámara, como era mi intención».
«Nunca he querido entregarme. Nunca he querido entregarme a una autoridad judicial que ni es competente para perseguirnos por haber defendido el derecho de autodeterminación y haber organizado el referéndum de independencia de Cataluña, ni tiene, por otra parte, ningún interés para hacer justicia».
Puigdemont afirmaque se abre una «etapa nueva», pero que el proceso de independencia se acabará con la independencia.
«Hace falta explicar las razones por las cuales queremos la independencia. Hace falta llegar a todos los rincones del país, cada uno con su lenguaje, con su estrategia. Lo tenemos que hacer para recordar los enormes e insostenibles costos de la independencia y cómo estos costos afectan a la vida cotidiana de los ocho millones de catalanes».
Pedro Sánchez, que ha dado orden a sus ministros de no abrir la boca, no ha hecho declaraciones.
Sigue tumbado a la bartola, más preocupado por lo que les puede caer en los juzgados a su esposa Begoña y a su hermano mñusico, ambos inmersos en casos de corrupción, que del destino de Cataluña, donde los independentistas están que botan, viendo que Illa y el PSC asumen todos sus postulados.
El PP, a través de Elías Bendodo, acusa a Sánchez de estar en connivencia con Puigdemont, permitiendo su entrada y fuga.
Aquí no ha habido más Operación Jaula que la que Puigdemont le ha montado a Pedro Sánchez. pic.twitter.com/HkeHMoeWrD
— Elías Bendodo (@eliasbendodo) August 10, 2024
VOX también arremete contra Sánchez, pidiendo dimisiones tras la nueva fuga de Puigdemont.
«Sánchez debe dejar sus vacaciones, explicar la fuga y dimitir, al igual que los ministros de Interior y Defensa».
Carga con dureza Abascal, subrayando la gravedad de los hechos y el agravio que supone para toda la ciudadanía la financiación privilegiada del independentismo.
El presidente del Gobierno, el ministro del Interior y la directora del CNI habrían dimitido por vergüenza en cualquier país con el más mínimo estado de derecho.
El problema es que esos personajes en España no son incompetentes sino cómplices de la huida de Puigdemont. Por eso…
— Santiago Abascal 🇪🇸 (@Santi_ABASCAL) August 9, 2024
Y ahora, la ‘pelota‘ en el tejado de los jueces, como casi siempre en ls últimos tiempos.
Hay quien entiende y ya hay movimientos legales para imputar a Marlaska, por prevaricación y dejación de funciones.
Porque nada de esto hubiera sido posible sin un pacto bajo la mesa entre el socialista Sánchez y el golpista Puigdemont y sin que las fuerzas del orden recibieran la orden de mirar para otro lado.