El Mossad golpea de nuevo.
La caída de Mohammed Afif agita el nuevo tablero de Oriente Medio.
Israel intensifica su ofensiva contra los terroristas de Hezbolá y Hamás.
La violenta y fulminante eliminación de Afif, portavoz de Hezbolá, en un ataque israelí en Beirut el pasado 12 de noviembre de 2024 sacude hasta sus cimientos al grupo terrorista libanés y pone de manifiesto la eficacia de la implacable ofensiva que Israel está llevando a cabo contra sus enemigos en la región.
Este suceso no es un hecho aislado, sino que forma parte de una serie de operaciones quirúrgicas que han diezmado las filas de Hezbolá, Hamás e incluso de altos mandos iraníes en los últimos meses.
El ataque que acabó con la vida de Afif fue, según fuentes de inteligencia, obra del Mossad, el legendario servicio secreto israelí.
La operación, ejecutada con precisión milimétrica, es un ejemplo más de la sofisticación y alcance de la inteligencia israelí.
«No hay que dar respiro a Hezbolá», declaró recientemente el jefe del Ejército israelí, Herzi Halevi, adelantando que las fuerzas israelíes «acelerarán las operaciones ofensivas» contra Líbano.
Esta estrategia de «no dar respiro» se ha materializado en una serie de ataques de alta precisión que han eliminado a figuras clave del terrorismo en la región. Entre las bajas más notables se encuentran:
- Hasán Nasralá, secretario general de Hezbolá
- Mohamed Deif, jefe militar de Gaza
- El comandante en jefe de las Fuerzas Especiales iraníes en Damasco
- Ismail Haniyeh, presidente de Hamás
La lista de objetivos eliminados supera ya el centenar, dejando a Yahya Sinwar, comandante en jefe de Hamás en Gaza, como el único pez gordo que sigue escurriéndose de la red israelí.
La tecnología de altura y espionaje de precisión
El éxito de estas operaciones se debe en gran medida a la llamada ‘Inteligencia en tiempo real’.
Israel ha desarrollado un sistema pionero que les permite marcar objetivos automáticamente y en tiempo real. «Hemos identificado cientos de objetivos en sólo cuatro días», afirma un subcomandante de la Unidad Digital del Ejército israelí.
Esta tecnología de vanguardia se combina con métodos más tradicionales pero igualmente letales.
El pasado septiembre, Israel llevó a cabo una operación que pasará a los anales de la historia de la inteligencia: el ataque de los bíperes.
Durante 48 horas, cientos de buscapersonas y walkie-talkies se convirtieron en artefactos explosivos en Líbano y Siria, causando decenas de bajas en las filas de Hezbolá.
Las consecuencias en el terreno
La ofensiva israelí no se limita a ataques quirúrgicos.
En las últimas 24 horas, Israel ha llevado a cabo «nuevos bombardeos contra decenas de objetivos» de Hezbolá en «múltiples áreas» del sur de Líbano.
Estos ataques se suman a una extensa oleada de bombardeos que ha dejado más de 550 muertos y 1.800 heridos en territorio libanés.
La respuesta de Hezbolá no se ha hecho esperar.
El grupo terrorista ha intensificado sus ataques con cohetes contra el norte de Israel, lanzando más de 50 proyectiles en cuestión de minutos el pasado martes.
Este intercambio de fuego ha provocado el desplazamiento de más de 60.000 israelíes de la zona fronteriza.
El nuevo equilibrio de poder
La eliminación sistemática de líderes terroristas y el debilitamiento de las estructuras de mando de Hezbolá y Hamás están reconfigurando el equilibrio de poder en Oriente Medio.
Israel parece estar buscando no solo la destrucción de estas organizaciones, sino también una redefinición del statu quo regional.
Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos.
La escalada de violencia podría desembocar en un conflicto a gran escala que involucre a más actores regionales.
Como advirtió el enviado de la ONU, Tor Wennesland: «Oriente Medio está al borde del abismo; el mundo y la región no pueden permitirse otro conflicto abierto».
La reacción internacional
La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos. Estados Unidos y la Unión Europea han condenado los ataques contra civiles, mientras que el gobierno del Líbano ha hecho un llamamiento al cese inmediato de las hostilidades.
Por su parte, Irán, principal patrocinador de Hezbolá, se encuentra en una posición delicada.
La eliminación de varios de sus altos mandos en la región ha llevado a su máximo líder religioso a esconderse, temeroso de ser el próximo objetivo de la inteligencia israelí.
El futuro incierto
A medida que Israel continúa su ofensiva, surgen interrogantes sobre el futuro de la región.
¿Logrará Israel su objetivo de desmantelar las estructuras terroristas en sus fronteras?
¿Cómo responderán Hezbolá y Hamás a estos golpes?
¿Se mantendrá el conflicto dentro de los límites actuales o se expandirá a una guerra regional
?Lo que está claro es que el Mossad y las fuerzas israelíes han demostrado una capacidad sin precedentes para localizar y eliminar a sus enemigos.
Como dijo un analista de inteligencia: «Lo que ha ocurrido hoy es sólo el comienzo. Nuestra capacidad militar permanece intacta».
En este juego de ajedrez mortal que se desarrolla en Oriente Medio, Israel parece haber hecho un movimiento decisivo.
La caída de Mohammed Afif es solo la última pieza en caer de un tablero que se reconfigura con cada ataque.
Mientras tanto, el mundo contiene la respiración, esperando ver cuál será el próximo movimiento en esta partida de consecuencias globales.