No se depriman, porque Sánchez acaba seguro en el banquillo de los acusados y con un poco de suerte, a poco que la Justicia haga honor a su nombre, lo vemos en prisión.
Cierto que España se ha convertido en el último lustro en el circo del disparate.
La concatenación de esperpentos han ido ensanchando las tragaderas de la gente y ya casi todo da igual.
Cada día salta un despropósito que supera al precedente, cubriéndolo bajo una capa de amnesia y manipulación.
Pero no hay mal que 100 años dure.
Cierto que la oposición, escasa de colmillos y patosa en comunicación, parece incapaz de usar como ariete asuntos que en cualquier democracia decente le costarían el cargo hasta a María Santísima.
No me refiero solo al Begoñagate, los díputeros del Tito Berni, los millonarios apaños de Aldama, los chanchullos del imputado Fiscal General o los trapicheos del tamden Koldo-Abalos.
Lo de Sánchez abanicándose con un paipay indio en Bollywood, mientras aquí empezaban a acumularse los muertos por el Diluvio en Levante, cenando como un búfalo en el avión de vuelta antes de mandar su insultante whatasapp a Mazón y arrastrando los pies para no dar ayuda, prolongando el dolor de las víctimas para sacar rédito político de la tragedia, es de juzgado de guardia.
Como lo son sus pactos y claudicaciones con proetarras y separatistas.
Una imagen, recogida ayer por las cámaras de televisión y difundida a los cuatro vientos en redes sociales, simboliza a la perfección el vodevil político en el que padecemos los españoles.
Es la de la diputada socialista Patricia Blanquer implorando con las manos posición de rezo a los independentistas de ERC, un voto favorable al ‘impuestazo‘ del Gobierno Frankenstein.
Da pena y vergüenza todo esto, pero no pierdan la esperanza porque a menudo las cosas de palacio van muy despacio.
Más de dos décadas han tardado los argentinos en condenar a Cristina Fernández de Kirchner, y eso que la arpía empezó a meter la mano en la caja y a perpetrar fechorías cuando todavía era novia de su pringoso y difunto marido.
Y aquí viene la moraleja.
Si allí, en Argentina, con esa peste que es el peronismo y en un sistema político mucho menos sofisticado que el nuestro, ha sido posible poner en su sitio a una intocable y llevar al poder a un rompedor como Milei, como no vamos a los españoles a enderezar España.
Aprieten paisanos, sepan que si el CIS de Tézanos fuera verdad el marido de Begoña estaría ya convocando elecciones generales y no se me distraigan.
¡A por ellos que somos más y mejores!