La trama de corrupción en la que chapotean que el PSOE, el Gobierno Sánchez y el propio maridp de Begoña parece no tener fin.
En un giro inesperado de los acontecimientos, el empresario Víctor de Aldama, considerado uno de los cabecillas de la llamada «trama Koldo-Ábalos«, ha decidido tirar de la manta y revelar nuevos detalles que implican directamente al presidente del Gobierno y a altos cargos de su partido en una red de mordidas y contratos amañados.
En un documento de 37 páginas presentado ante el Tribunal Supremo, Aldama ha detallado cómo tres empresas vinculadas a Koldo García, ex asesor del exministro José Luis Ábalos, se beneficiaron de contratos públicos a cambio de comisiones ilegales.
Según el perejil de todas las corruptas salsas socialistas, estas adjudicaciones contaban con el visto bueno del propio Sánchez, quien estaba puntualmente informado de todas las gestiones a través de Ábalos, considerado su «mano derecha.
Entre las revelaciones más explosivas, Aldama asegura que Lantania SAU, Levantina Ingeniería y Construcción SL y Ortíz, Construcciones y Proyectos SA le abonaron comisiones «en retribución de la mediación realizada frente al Ministerio de Transportes, para su adjudicación».
Estas empresas habrían realizado trabajos en propiedades de Aldama «sin contraprestación» a cambio de los contratos obtenidos.
Pero la cosa no queda ahí.
El documento también hace referencia a una lista de obras públicas «pre-adjudicadas» por la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Transportes durante la etapa de Ábalos como ministro.
Según Aldama, estas adjudicaciones estaban destinadas a empresas «que habrían adquirido el compromiso de pago de comisiones si resultaban adjudicatarias»
El escándalo de ADIF: contratos amañados y un chalet para Ábalos
La trama de corrupción también salpica a ADIF, la empresa pública encargada de la gestión de infraestructuras ferroviarias.
Aldama ha confirmado la manipulación de contratos en esta entidad, señalando directamente a su actual presidente, Ángel Contreras Marín, como presunto integrante de una red de amaño en las adjudicaciones de obras públicas.
Pero quizás lo más llamativo de las nuevas revelaciones sea lo relacionado con las propiedades inmobiliarias.
Aldama ha detallado cómo se facilitaron pisos y hasta un chalet para el propio Ábalos.
Este último detalle ha causado estupor en los círculos políticos, ya que se trata de una propiedad de considerable valor que habría sido «regalada» al exministro a cambio de favores políticos.
Sánchez, en el ojo del huracán y un partido acorralado
Las acusaciones de Aldama no se limitan a los escalafones intermedios del partido.
El empresario ha cargado directamente contra Sánchez, insistiendo en que el presidente del Gobierno no solo estaba al tanto de todas las operaciones, sino que daba su visto bueno a las mismas.
«La foto no fue fortuita», declaró Aldama, refiriéndose a un encuentro con Sánchez en el que este último supuestamente le agradeció sus gestiones internacionales ante México o Venezuela.
Estas nuevas alegaciones ponen en entredicho las declaraciones previas de Sánchez, quien ha negado repetidamente cualquier conocimiento o implicación en la trama.
La situación del PSOE es cada vez más complicada.
La secretaria general del Partido Popular, Cuca Gamarra, no ha dudado en afirmar que Sánchez está «acorralado por la corrupción de su Gobierno, su partido y su familia».
El panorama judicial tampoco es alentador para los socialistas.
Según Gamarra, hay cerca de una veintena de delitos bajo investigación y casi una treintena de jueces están instruyendo o han avalado la instrucción de los casos de corrupción que acechan al partido.
En medio de este turbulento escenario, el PSOE celebró recientemente su Congreso Federal en Sevilla.
Lo que debería haber sido una demostración de unidad y fortaleza se convirtió, según la oposición, en una «ceremonia de la corrupción».
La vicesecretaria de Sanidad y Educación del PP, Ester Muñoz, fue especialmente dura en sus críticas, calificando el evento como el «congreso de la apología de la corrupción del PSOE».
Muñoz señaló que, mientras Sánchez obligaba a los suyos a aplaudir a condenados por corrupción y a su esposa imputada, el PP celebraba a alcaldes que habían estado trabajando tras desastres naturales.
¿El principio del fin para Sánchez?
La pregunta que todos se hacen ahora es si estas nuevas revelaciones marcarán el principio del fin para el gobierno de Pedro Sánchez.
Con una oposición cada vez más envalentonada y un creciente malestar en la opinión pública, el presidente del Gobierno se enfrenta al mayor desafío de su carrera política.
Como dijo una vez el célebre político británico Winston Churchill, «En la política, si quieres que se diga algo, pídeselo a un hombre. Si quieres que se haga algo, pídeselo a una mujer».
Quizás sea el momento de que Sánchez tome nota y considere un cambio radical en su equipo si quiere sobrevivir a esta tormenta política.
En cualquier caso, lo que está claro es que el caso Koldo y sus ramificaciones están lejos de cerrarse.
Con cada nueva revelación, el castillo de naipes del PSOE parece tambalearse un poco más. Solo el tiempo dirá si Sánchez logrará mantenerse en pie o si, como el rey Midas de la corrupción, todo lo que toca se convertirá en un escándalo político.