Tensiones comerciales y desaceleración económica

Las exportaciones chinas se desploman ante la amenaza de nuevos aranceles de Trump

La segunda economía mundial enfrenta desafíos internos y externos en un contexto de incertidumbre global

Las exportaciones chinas se desploman ante la amenaza de nuevos aranceles de Trump

Las exportaciones chinas experimentaron una fuerte caída en noviembre, mientras que las importaciones se contrajeron, según datos publicados este 10 de diciembre de 2024 por la Administración General de Aduanas de China.

Este declive se produce en un momento de creciente tensión comercial con Estados Unidos, ante la inminente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su promesa de imponer nuevos aranceles a los productos chinos.

Las exportaciones cayeron un 8,7% interanual en noviembre, marcando la mayor contracción desde febrero de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 paralizó la economía china.

Por su parte, las importaciones se redujeron un 3,2% respecto al mismo mes del año anterior, reflejando una débil demanda interna.

Liu Kuiwen, portavoz de la Administración General de Aduanas, atribuyó el desplome de las exportaciones a «un entorno económico externo cada vez más complejo y grave». Sin embargo, el funcionario destacó que el comercio exterior de China ha mostrado una «fuerte resiliencia» a lo largo del año.

La caída de las exportaciones fue especialmente pronunciada hacia Estados Unidos, con una disminución del 14,2% interanual.

Este dato cobra especial relevancia ante las declaraciones recientes de Donald Trump, quien ha prometido imponer aranceles del 60% a todos los productos importados de China si gana las elecciones presidenciales de 2024.

Desafíos internos y externos

La economía china se enfrenta a una serie de retos tanto domésticos como internacionales.

En el frente interno, el país lucha por reactivar su sector inmobiliario, que ha sido un motor clave de crecimiento en las últimas décadas. La crisis de liquidez que afecta a grandes promotoras como Evergrande y Country Garden ha minado la confianza de los inversores y consumidores.

Wang Tao, economista jefe para China en UBS, señala que «la debilidad del mercado inmobiliario sigue siendo el principal lastre para la recuperación económica de China».

Según Wang, el gobierno deberá implementar medidas más agresivas para estabilizar el sector y evitar un contagio al sistema financiero.

En el ámbito externo, la amenaza de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos genera incertidumbre entre los exportadores chinos.

 Zhang Ming, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, advierte que «una escalada en la guerra comercial podría tener consecuencias devastadoras para la economía global, no solo para China».

Estímulos y medidas de apoyo

Ante este panorama, el gobierno chino ha anunciado una serie de medidas para impulsar la economía.

El Banco Popular de China ha reducido los tipos de interés y ha inyectado liquidez en el sistema financiero para estimular el crédito. Además, el Ministerio de Finanzas ha adelantado la emisión de bonos especiales para financiar proyectos de infraestructura.

Li Keqiang, primer ministro chino, declaró recientemente que el gobierno «intensificará los esfuerzos para expandir la demanda interna y promover un desarrollo de alta calidad». Sin embargo, algunos analistas cuestionan la eficacia de estas medidas tradicionales de estímulo.

Michael Pettis, profesor de finanzas en la Universidad de Pekín, argumenta que «China necesita una reestructuración económica más profunda, centrada en aumentar el consumo de los hogares y reducir la dependencia de las inversiones y las exportaciones».

Perspectivas para 2025

De cara al próximo año, los expertos anticipan un panorama desafiante para la economía china. Alicia García Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico en Natixis, proyecta un crecimiento del PIB del 4,5% para 2025, por debajo del objetivo oficial del 5%.

García Herrero señala que «la recuperación de China será gradual y desigual, con sectores como el tecnológico y el de consumo de gama alta mostrando un mejor desempeño que las industrias tradicionales y el sector inmobiliario«.

La posible implementación de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos añade un factor de incertidumbre adicional.

Xu Sitao, economista jefe de Deloitte China, advierte que «una guerra comercial renovada podría obligar a China a acelerar su estrategia de ‘circulación dual’, priorizando el mercado interno y la innovación tecnológica».

En este contexto, el gobierno chino deberá equilibrar cuidadosamente sus políticas para mantener la estabilidad económica y social, al tiempo que navega por un entorno internacional cada vez más complejo. La capacidad de Xi Jinping y su equipo para gestionar estos desafíos determinará en gran medida el rumbo de la segunda economía mundial en los próximos años.

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