Inesperado y brutal.
Joseph Oughourlian ha dado un golpe sobre la mesa que retumba en los pasillos de La Moncloa.
El presidente de Grupo PRISA, el endeudado gigante mediático que controla El País y la Cadena SER y siempre ha servido de alfombra al PSOE, ha dicho basta.
No solo ha bloqueado el proyecto de una televisión auspiciada por el Gobierno Sánchez, sino que ha empezado a despedir a los directivos y consejeros afines al Ejecutivo Frankenstein.
Este pulso sin precedentes deja tocada la estrategia de Sánchez para dominar el panorama mediático y pone en duda sus maniobras para controlar los medios de comunicación en España.
¿Qué está pasando?
Este 25 de febrero de 2025, el Consejo de Administración de PRISA se reunió y tomó una decisión clara: nada de televisión.
“Tras analizar el proyecto, el Consejo ha decidido que Prisa no opte a la nueva licencia”, dice el comunicado oficial.
El plan, impulsado por el ya dimitido Carlos Núñez, presidente de PRISA Media, buscaba lanzar un canal en abierto alineado con los intereses de Moncloa.
Pero Oughourlian, con su 29,8% del capital y el respaldo de socios como Vivendi, lo ha parado en seco. Su prioridad: salvar la refinanciación de una deuda que ronda los 750 millones de euros.
TELE PEDRO
‘Tele Pedro’ -oficialmente ‘La Séptima’, hace aguas.
Sánchez quería que este canal estuviera operativo las 24 horas, a partir de septiembre de 2025, promoviendo dia y noche, por tierra mar y agua, su agenda política.
Un medio de comunicación bajo control directo del Gobierno y del PSOE, similar pero mucho más intenso que RTVE o La Sexta.
Inicialmente, se planeaba usar el Grupo PRISA (dueño de El País y la SER) como plataforma, aprovechando una licencia de TV que ‘privilegiada’.
Sin embargo, ante la resistencia de Oughourlian—, el plan se ha complicado.
Ahora, se recurre a Telefónica (Movistar) como alternativa para poner en marcha Tele Pedro, utilizando su infraestructura y alcance para sortear el rechazo de PRISA.
A POR TODAS
El movimiento no se queda ahí. Oughourlian ha ido a por todas.
Carlos Núñez presentó su dimisión tras una tensa reunión, y José Miguel Contreras, el director de contenidos y cerebro tras la idea del canal, ha sido despedido
Esto es solo el principio: el armenio-francés planea reducir el consejo de 15 a 11 miembros en la próxima junta de accionistas, dejando fuera a Global Alconaba, el grupo con un 7% de las acciones que representa a empresarios próximos a Sánchez, como Andrés Varela Entrecanales.
¿Por qué tanto lío?
Para Oughourlian, meterse en una televisión en 2025 es un disparate.
“No me parece un proyecto de futuro”, dijo en una entrevista reciente a Expansión.
Tiene lógica: con las plataformas de streaming comiéndose el mercado, ¿quién apuesta por una TDT hoy?
Además, los acreedores de PRISA, liderados por el fondo Pimco, han dejado claro que no refinanciarán la deuda si el grupo se lanza a esa aventura.
Y con vencimientos de 240 millones en junio de 2026 y 575 millones a final de año, no hay margen para experimentos.
Esto es un mazazo para Pedro Sánchez.
El Gobierno del marido de Begoña llevaba meses soñando con un canal que reforzara su narrativa, un contrapeso a medios críticos y a la derecha mediática.
Contreras, viejo conocido de La Moncloa desde sus días en La Sexta, era el enlace perfecto.
Junto a Núñez y apoyados por Global Alconaba, habían diseñado un plan que no requería inversión directa de PRISA, sino aportaciones en especie y financiación externa.
Pero Oughourlian no se fía: sin un respaldo sólido, el proyecto olía a ruina.
La estrategia de Sánchez para controlar los medios se tambalea.
PRISA era una pieza clave en su tablero.
Desde que Oughourlian llegó a la presidencia en 2020, con apoyo inicial del Gobierno socialcomunista, el grupo ha estado rendidamente al servicio del sanchismo.
Pero han emergido tensiones.
Ya en Indra, donde Oughourlian tiene un 7,2%, se abstuvo en la compra de Hispasat, otra operación impulsada por La Moncloa.
Ahora, este desafío directo deja claro que el idilio se acabó.
¿Qué pierde Sánchez con esto?
Mucho. Sin esa televisión, su influencia en los hogares españoles se reduce.
La prensa y la radio de PRISA seguirán siendo potentes, pero no llegan como un canal en abierto.
Además, la purga interna debilita a sus aliados dentro del grupo.
Global Alconaba y otros accionistas afines, como Adolfo Utor (5,4%) y Diego Prieto (3%), suman cerca del 17% del capital. Intentarán contraatacar en la junta de junio, pero Oughourlian, con el apoyo de Vivendi (11,8%) y la familia Polanco (8%), tiene las de ganar.
El impacto va más allá.
PRISA lleva años luchando por salir del pozo financiero.
En 2024 perdió 11,6 millones, un 64% menos que en 2023, pero sigue en números rojos.
“El Consejo ha acordado que el Grupo continúe focalizado en reducir la deuda”, recalca el comunicado. La decisión de centrarse en prensa y radio, donde El País y la SER son líderes, parece sensata. Pero el ruido político no ayuda a esa calma que buscan los inversores.
Moncloa no se quedará de brazos cruzados.
Tiene herramientas: la publicidad institucional, que mueve decenas de millones, es un arma clásica para presionar a los medios.
Y aunque el proyecto televisivo esté herido, algunos dicen que Contreras podría intentarlo por libre, con apoyo de empresarios cercanos al PSOE. La guerra está servida.
DATOS
- ¿Sabías que Oughourlian, además de mandar en PRISA, es dueño del Lens, un equipo de fútbol francés, y del Millonarios colombiano?
- El hombre sabe de goles, pero aquí ha marcado uno en propia puerta a Sánchez.
- Contreras, el despedido, fue el cerebro tras Crónicas Marcianas. Quizás ahora tenga tiempo para resucitar a Sardà.
- La deuda de Prisa equivale a unos 2.500 euros por cada empleado del grupo. ¡Casi nada! Esto no acaba aquí; mantengan los ojos abiertos.
