Ayer lunes, poco después del mediodía, España vivió el mayor apagón de su historia reciente, dejando sin suministro eléctrico a millones de hogares y negocios en todo el país. El corte, que comenzó a las 12:33 horas, se prolongó hasta la noche y afectó especialmente a grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia.
La interrupción colapsó servicios esenciales: comercios cerraron, escuelas suspendieron actividades y el transporte público sufrió graves alteraciones, con trenes y metros detenidos y semáforos fuera de servicio, lo que provocó atascos monumentales en las principales avenidas. Muchos ciudadanos tuvieron problemas para cocinar, cargar dispositivos y conservar alimentos, mientras hospitales y centros de emergencia recurrieron a generadores para mantener la atención sanitaria.
Comerciantes y autónomos reportaron importantes pérdidas económicas por la imposibilidad de atender a sus clientes y la preocupación por los productos perecederos.
Red Eléctrica ha descartado un ciberataque y apunta a una “oscilación muy fuerte en los flujos de potencia” como origen del incidente, aunque las causas exactas siguen bajo investigación y no se descarta ninguna hipótesis. Las autoridades han pedido calma y recomiendan tomar precauciones ante posibles nuevos cortes, mientras el suceso pone de manifiesto la dependencia de la electricidad en la vida cotidiana y la necesidad de reforzar los sistemas de respaldo.