MIGUEL ÁNGEL REVILLA EN EL ACTO DE CONCILIACIÓN CON JUAN CARLOS I

Revilla por fin pisa un juzgado: descubra cómo el charlatán televisivo es un nefasto gestor

Es inexplicable que un político como Revilla, similar en despilfarro y corrupción a Jesús Gil, no esté en la cárcel

Miguel Ángel Revilla

La merecida demanda por injurias que ha interpuesto contra Miguel Ángel Revilla Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, ha producido un efecto secundario: que Revilla pise un juzgado pero no para dar cuenta de todos los despilfarros y chapuzas que han ocurrido bajo sus 16 años de gobierno en Cantabria.

La querella le ha permitido al chapucero expresidente de Cantabria hacer lo que mejor sabe: victimizarse y ganar protagonismo ante los muchos medios palmeros que le tratan como si fuera el Oráculo de Delfos. Típico de la izquierda enaltecer a un personaje político charlatán, embaucador y sobre todo pésimo gestor. Y es que la trayectoria de Revilla en Cantabria está cuajada de pufos, malgasto de dinero del contribuyente y corruptelas que, increíblemente, no le han supuesto verse en el banquillo de los acusados.

Un gestor nefasto

Por la cantidad de dinero malgastado, entre 40 y 60 millones de euros, el fracaso más grave de Revilla fue el del fibroyeso. En 2003, tras llegar al gobierno regional sin ganar las elecciones y gracias a un pacto de perdedores con el PSOE, el hoy charlatán televisivo retomaba un proyecto de la administración anterior que se había descartado: una fábrica de placas de pladur.

Entre 2004 y 2008, el gobierno de Revilla decide levantar una planta de este tipo de material de construcción en la localidad de Marina de Cudeyo. En 2004, Revilla viaja a Costa Rica para traer a una empresa extranjera como socia. Construye una factoría de 100.000 metros cuadrados, contrata a 77 empleados y compra maquinaria de segunda mano por valor de 40 millones de euros.

Y todo ello a pesar de que de esa planta no salió ni un solo panel. En 2011 la fábrica entra en concurso de acreedores y las carísimas máquinas adquiridas por 40 ‘millonacos’ son malvendidas por tan sólo 1,5 millones.

En el año 2013, el responsable primero de toda esta chapuza, el consejero de Economía y Hacienda del gobierno de Revilla, Angel Agudo, fue imputado pero finalmente absuelto junto a otros directivos al no poder demostrar enriquecimiento personal de ninguno de ellos. No obstante, la ingente cantidad de dinero público malgastado sí quedó acreditada en el juicio. Revilla se defendió de esta mega chapuza argumentando que él sólo hizo caso de los informes de sus consejeros.

El gobierno de Revilla cayó también en la fiebre de los aeropuertos que padeció España con la llegada de Zapatero al poder tras el atentado del 11 de marzo de 2004. Si al aeródromo de León se le alargó la pista de aterrizaje porque a ZP le parecía muy corta, Revilla no se quedó atrás en la competición por ver quien lo tenía más grande. El aeropuerto, se entiende. Así, en 2006 comenzó la construcción del aeródromo de Valderrible.

El infalible Revilla lo ubicó al lado de un parque eólico con la inevitable consecuencia de que AENA no le otorgó la licencia para operar dada la peligrosidad de que en las inmediaciones de aerogeneradores aterricen o despeguen aviones. Valderrible pretendía ser un aeropuerto para aviones de extinción de incendios. Costó casi dos millones de euros. Acabó convertido en un helipuerto que sólo opera tres meses al año y cuya pista de aterrizaje es absurdamente innecesaria ya que como todo el mundo sabe, los helicópteros despegan y aterrizan en vertical.

Otro ejemplo de gran gestor por el que Revilla va dando lecciones magistrales en las televisiones es la Fundación Comercio Cantabria. En 2007, el populista regional crea este chiringuito con la etérea justificación de “dinamizar el comercio” de la región. La broma le costó a los cántabros más de 20 millones de euros para que sólo 500 de los 9.000 comercios cántabros se afiliasen a la entidad.

En 2010 saltó el escándalo de que Pablo Coto, presidente del Consejo Económico y Social del gobierno de Revilla había fundido 25.000 euros en comilonas y copas cargando esos gastos a la tarjeta de crédito del organismo. Un gasto que se queda pequeño ante el despilfarro en deliciosas viandas del propio Revilla. En 2013 saltó el escándalo de que el dicharachero político había fundido nada menos que 224.000 euros en regalar ‘anchoucas’.

Y si creen que aquí acaba la cosa con las trampas de Revilla, se equivocan. En 2011 el gobierno de Ignacio Diego denunció que el gobierno del PRC había dejado un agujero de 440 millones de euros en las cuentas cántabras.

Dos años después, en 2013, saltaba a la prensa que el gobierno de Miguel Ángel Revilla había ocultado facturas por importe de nada menos que 200 millones de euros a través de una red de empresas públicas del gobierno regional. Un entramado que Revilla se encargó de engordar durante sus primeros 8 años en el poder. Si en 2007 Cantabria tenía 32 empresas públicas, en 2011 había nada menos que 45.

Otro escándalo publicado en la prensa regional cántabra que no saltó al escenario nacional fue la trama de contratos fraccionados realizada por Revilla entre 2003 y 2011 por la que se camuflaron gastos por valor de 10,5 millones de euros. Curiosamente, la empresa que recibió esa lluvia de millones fue la que diseñaba las campañas electorales del Partido Regionalista Cántabro.

En esas campañas se llegaron a pagar con dinero público cosas tan esperpénticas como 3.500 bolas de chocolate a un coste de más de 20.000 euros, 32.000 euros gastados en cestas de navidad, 450.000 pulseritas de silicona al módico coste de 103.000 euros o camisetas promocionales que supusieron un gasto de 240.000 euros.

Tampoco se habló en los medios que hoy le dan horas de emisión a Revilla de que bajo su gobierno, una empresa pública pagó la decoración de casas a sus directivos a un coste superior a los 35.000 euros.

Un presidente perdedor de elecciones

Revilla ha sido presidente de Cantabria cuatro veces en dos periodos de 8 años: de 2003 a 2011 y de 2015 a 2023. Entre 2011 y 2015 gobernó en Cantabria el PP por haber obtenido mayoría absoluta.

De las 4 veces que Miguel Angel Revilla fue investido presidente de Cantabria, sólo en una ocasión (2019) ganó los comicios regionales. En las demás ocasiones, su partido, el PRC, ha sido siempre perdedor de los comicios. Pero los pactos con los socialistas le permitieron formar gobierno, de forma que el segundo y tercer partido se unieron para impedir durante 16 años que gobernase en Cantabria quien había ganado las elecciones.

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Autor

César Sinde

Periodista. Interesado en Política, Economía, Motor y Seguridad Vial. Madrid, ESPAÑA. V.E.R.D.E

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