JEDDA, 30 (Reuters/EP)
El régimen Arabia Saudí ha anunciado este viernes, a través de la agencia estatal SPA, nuevas medidas con las que busca reforzar su control sobre los medios de comunicación. «Se prohíbe a todos los responsables de publicación difundir (…) todo lo que contradiga la ley islámica de la sharia, todo lo que incite a la perturbación de la seguridad del estado o el orden público y todo lo que sirva a los intereses extranjeros que contradiga los intereses nacionales», reza el comunicado.
Estos cambios se han introducido en la legislación sobre medios a través de enmiendas, aprobadas por orden real. Dichas modificaciones también prohíben la exaltación del laicismo y en general «de todo lo que dañe el interés general del partido».
Las enmiendas recogen multas de medio millón de riales (90.000 euros) y el cierre de las publicaciones consideradas culpables. Además, el escritor de cualquier artículo que viole la legislación podría sería obligado a dejar de trabajar para el medio.
En otra ocasión los clérigos saudíes emitieron un edicto religioso en el que advertían de que las manifestaciones contravienen la ley islámica.
Hasta el momento las autoridades han conseguido evitar una revuelta popular como las acontecidas en otros países árabes. La minoría chií ha protagonizado una serie de marchas en la provincia Este, precisamente donde se localiza la mayoría de los campos petrolíferos.
Se cree que los chiíes representan entre el 10 y el 15 por ciento de la población, que en total cuenta con unos 18 millones de personas. Esta minoría asegura ser discriminada, algo que el Gobierno niega.
Esta misma semana las autoridades detuvieron a dos blogueros chiíes de la provincia del Este. En total, ya son unos 160 los saudíes detenidos desde febrero, según los datos de Human Rights Watch.
El rey Abdulá ha fortalecido las fuerzas de Policía religiosas y de seguridad, las cuales juegan un papel determinante a la hora de evitar las protestas.
