Amnistía denuncia la censura en Internet coincidiendo con el Día Mundial de la Libertad de Prensa

Amnistía Internacional (AI) ha aprovechado la celebración este jueves del Día Internacional de la Libertad de Prensa para denunciar la represión ejercida contra periodistas y blogueros que denuncian en Internet abusos contra los Derechos Humanos. Ante esta herramienta, los gobiernos responden con bloqueos de motores de búsqueda, tasas, torturas e incluso asesinatos, señala Amnistía.

«Los Estados están atacando a los periodistas y activistas en línea porque saben que estas valientes personas saben aprovechar eficazmente Internet para desafiarlos», afirma la directora general de Derecho Internacional de Amnistía Internacional, Widney Brown.

El grupo denuncia los bloqueos de motores de búsqueda, las tasas impuestas al acceso a Internet, las torturas a activistas para conseguir sus contraseñas de Facebook y Twitter o las leyes para controlar lo que la gente puede y no puede decir en la red. La expresión más dramática de estos métodos para silenciar a periodistas y activistas es el asesinato y recuerda que, según Reporteros Sin Fronteras, 2011 fue el año más mortífero para los ciberactivistas.

Amnistía cita los casos de países como México, donde recientemente fue asesinada Regina Martín, periodista de la revista ‘Proceso’ que apareció muerta el 28 de abril. Martín llevaba más de tres décadas informando sobre inseguridad, tráfico de drogas y corrupción.

El grupo recuerda que en Somalia «desde 2007 se ha dado muerte al menos a 27 periodistas, tres de ellos en ataques selectivos perpetrados en la capital, Mogadiscio, en los últimos seis meses». También se han producido asesinatos en Pakistán, donde al menos 15 periodistas murieron en homicidios perpetrados durante 2011.

Amnistía señala que Africa «es uno de los territorios más peligrosos para ejercer el periodismo», ya que las fuerzas de seguridad de países como Gambia o Etiopía «están específicamente preparadas para reprimir la disidencia y someter a estrecha vigilancia a periódicos, sitios web, emisoras de radio y televisiones».

«En Ruanda y Etiopía se procesa y condena a largas penas de prisión a periodistas por criticar políticas gubernamentales, informar sobre llamamientos a la protesta pacífica o denunciar corrupción entre altos cargos públicos», denuncia Amnistía. Y en Sudán, asegura, «están inventando nuevas formas de actuar contra periodistas independientes, como tergiversar las leyes para impedir que se informe y multar a quienes critican a las autoridades».

En cuanto a China, la represión es más sutil, ya que, «las autoridades han tratado de establecer un control férreo sobre lo que la gente puede leer y decir en línea», denuncia Amnistía. «Las fuerzas de seguridad someten por sistema a vigilancia, interrogatorios y hostigamiento a los blogueros que escriben sobre asuntos que el gobierno considera delicados; en algunos casos, estas personas han desaparecido», sostiene.

ACOSO A LA DISIDENCIA

En Europa, Amnistía lamenta que regímenes autocráticos de la antigua Unión Soviética refuercen su poder a costa de acosar a la disidencia, sofocar las críticas y reprimir las protestas. Concretamente se refiere a los casos de Bielorrusia, Azerbaiyán, Uzbekistán y Turkmenistán y menciona también a Rusia.

La novedad más importante en Irán es la creación de una ‘ciberpolicía’ y las restricciones impuestas por ley al uso de Internet. También Arabia Saudí ha endurecido las leyes, que ahora incluyen sanciones por publicar material que se considere ofensivo o contrario a la ley islámica, la ‘sharia’, señala Amnistía.

En el mundo árabe los atentados contra la libertad de expresión son generalizados, aunque en países como Túnez o Libia «se transformó el espacio de expresión de los medios de comunicación» a raíz del éxito de las revueltas de la Primavera Arabe. Sin embargo, «los abusos han continuado después del fin de las revueltas».

«En Egipto se ha interrogado y detenido a periodistas y blogueros que habían criticado a las autoridades militares, mientras que en Túnez se han presentado cargos contra trabajadores de medios de comunicación por alteración del orden público o de la moral», argumenta Amnistía.

Sin embargo, la organización destaca el ingenio de los informadores para sortear los controles impuestos en la red y hacer llegar sus voces a millones de personas de todo el mundo. «La apertura del espacio digital ha permitido a los activistas apoyarse mutuamente en la lucha por los Derechos Humanos, la libertad y la justicia (…). Debemos resistir a todo intento de los gobiernos de menoscabar la libertad de expresión», afirma Widney Brown.

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Autor

Irene Ramirez

Irene Ramirez. Responsable de campañas en Grand Step. Fue redactora de Periodista Digital entre 2012 y 2013.

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