Al frente de Soitú y a pesar de contar con un montón de millones, puestos alegremente por el BBVA, Gumersindo no fue capaz de solidificar el proyecto
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Nadie puede llamarse a engaño. El todopoderoso Cebrián, flamante dueño de un piso de lujo en Manhattan, lo anunció con claridad en la junta general de julio de 2012:
«La persistente realidad de la crisis nos obligan a continuar con la política de reducción de gastos, aunque el número de personal afectado será considerablemente inferior a las cifras resultantes en 2011, que llegó a los 2.000 despidos».
Dicho y hecho. Tras el descanso de agosto, la tensión recupera las cotas de meses pasados en la empresa fundada por Jesús Polanco.
Con el inicio del nuevo curso los directivos continúan empeñados en un adelgazamiento de sus estructuras, esta vez en divisiones como Prisa Revistas o Prisa Brand Solutions y en el diario económico Cinco Días.
El número de despido afectaría a una treintena de empleados en el económico y en la publicitaria y en torno a cuarenta en el área de revistas.
No obstante, la empresa ha dejado abierta la posibilidad de reducir los despidos con una maniobra que pone entre la espada y la pared a los trabajadores: reducir los despidos -de forma mínima- a cambio de una serie de medidas como un rebaje salarial del 10%, la supresión de una paga extra y un cambio en el sistema de libranzas.
Pero la reducción de plantilla no es el único frente abierto en Prisa.
Otros empleados, sin duda empujados desde las alturas, han decidido tomar la puerta: Gumersindo Lafuente, responsable de la edición digital de El País, y su segundo, Borja Echevarría, han dejado sus responsabilidades.
La noticia llegó con el nuevo curso. Lafuente anunciaba su salida a través de Twitter, dando las gracias al director de El País, Javier Moreno, y señalando, de forma diplomática, que siempre estaría cerca del proyecto digital del diario de Prisa tras tres años de trabajo.
La realidad es que Lafuente tampoco tiene un historial como para lanzar cohetes. En Elmundo.es heredó y trató de presentar como propios los éxitos y logros de Mario Tascón, hasta que ‘tarifó‘ con Pedrojota.
Al frente de Soitú y a pesar de contar con un montón de millones, puestos alegremente por el BBVA, no fue capaz de solidificar el proyecto.
Lo que si ha conseguido es llevarse buenas indemnizacioners en todos lados.
En cuanto a Echevarría -con el que Lafuente lleva años compartiendo trabajo-, se marcha a estudiar becado a Harvard.