Pocas veces se puede leer en los medios de comunicación españoles, de papel o de internet, artículos tan duros como el que le dedica Salvador Sostres en su blog de El Mundo a Pilar Rahola el 8 de abril de 2013. El texto se titula ‘Llámame hija de puta’, en referencia a una anécdota protagonizada por ambos que relata Sostres en el primer párrafo de su texto:
Me encuentro con Pilar Rahola y me reprocha que haya escrito que ella es a la literatura lo que el restaurante La Camarga es a la gastronomía. Me dice que prefiere que le insulte a que la desprecie. «Si quieres, llámame hija de puta, pero no idiota, porque no lo soy».
Sostres dice que no piensa que Rahola «sea una hija de puta». Añade:
Soy más de Arcadi Espada, que hace unos días le preguntaron qué le molestaba más: la inconsistencia, la inmoralidad o la falta de higiene personal. «Pilar Rahola», contestó, y continuó la entrevista como si nada.
Pilar no es una hija de puta, en serio. No lo es de ninguna manera. Pobre Pilar. Es una verdulera histérica. Es oportunista y mezquina, de una vulgaridad extrema. Resbala por un lodazal de infinitos tópicos y es lo contrario a la inteligencia.
El periodista de El Mundo reprocha a la columnista de La Vanguardia que «las mejores ideas parecen mentira cuando trata de formularlas ellas» y considera que uno de los mayores errores de Artur Mas «fue escogerla de columnista de referencia».
Se muestra muy duro con Rahola:
Lo vulgar conduce sólo a la vulgaridad y la escritura de Pilar hiede a sudor y ajo.
Añade:
En su defensa puedo alegar que Pilar no tiene ninguna maldad, y por ello me es tan imposible insultarla.
También dice:
El infinito desprecio que siento por la bajeza y mediocridad de lo que hace Pilar es lo que me impulsa a apiadarme de ella y a no poderla insultar. La piedad y la compasión que salvan mundo aunque son sentimientos demasiado articulados para que ella los pueda apreciar. Yo nunca te llamaré puta, Pilar.