Menos mal que también tenemos a la Pantoja para abrir telediarios y para mirarnos un rato al espejo
El escritor Arturo Pérez-Reverte tiene una especie de ‘idilio‘ con Twitter los domingos en la tarde y este 21 de abril de 2013, no ha sido una excepción.
Pérez-Reverte, que antes de convertirse en el novelista español de más exito y entrar en en la Academia de la Lengua, ejerció muchos años de reportero audaz, reflexiona y debate esta vez sobre la carnicería perpetrada en la meta del Maratón de Boston por los chechenos Tamerlán y Dzhokhar Tsarnaev y en especial sobre la enérgica reacción del FBI, la sociedad y las autoridades norteamericanas.
Reverte elogia «la cívica reacción de la gente»:
«Una ciudad paralizada que no se quejaba, que obedecía las instrucciones y colaboraba de modo ejemplar, solidaria, deseando la victoria y la justicia de los suyos».
«Ciudadanos asumiendo la realidad, en plan: estamos en guerra, este despliegue mílico-policial es nuestro despliegue, nuestra defensa».
Alaba el escritor lo que califica de «madurez, comprensión y alegría final».
«Tras la salvajada terrorista, lo de ayer fue la victoria de Norteamérica, un ejemplo de eficacia, de solidaridad ciudadana y de sentido común, un ejemplo de grandeza de la que sigue siendo, con toda su brutalidad y defectos, una democracia admirable».
Pérez-Reverte comenta mordaz lo que hubiera ocurrido en idéntica situación en España:
«Las zancadillas, lo miserable, esos vecinos pasándose por la bisectriz lo de no salir para tener despejadas las calles y llamando fascistas a los guardias».
«Imagino a nuestros infames políticos aprovechando para apropiarse la oportunidad, para escupir bilis y vileza».
Y recuerda el «11-M, que aún colea», y en el que «tenemos víctimas de derechas y víctimas de izquierdas».
«Lo habríamos rematado todo con el padre de los terroristas chechenos en ‘Sálvame’; menos mal que también tenemos a la Pantoja para abrir telediarios y para mirarnos un rato al espejo».
«En España somos incapaces de reaccionar con educación, serenidad y cultura, pero para linchar somos de una eficacia asombrosa».