Felipe VI se ha puesto de "limpieza" y Letizia manos a la obra para que su hermana y su cuñado no le arruinen la foto

El ‘verdadero Pablo Iglesias, el ‘guaperas’ del PSOE y lo de Telma Ortiz

El 'verdadero Pablo Iglesias, el 'guaperas' del PSOE y lo de Telma Ortiz
Telma Captura

A punto de tomar posesión de la Corona, se abren las incógnitas en torno al futuro Monarca y los analistas políticos centran su atención en este punto.

Desde El Plural, Graciano Palomo habla de los debates estériles y absurdos:

«Al final del franquismo, cuando el dictador esperaba ya a la parca, se hablaba mucho de la «generación del Príncipe» y esa generación apareció para realizar la Transición de una forma admirable. Los españoles solemos ser muy dados a polémicas estériles y debates vacuos. Uno de ellos es si el nuevo monarca debe tomar posesión de su corona vestido de civil o militar o si debe ir al Congreso en un taxi o en el autobús de la línea 27. ¡Un poco de por favor! Lo importante es que Felipe VI tenga cabal idea que representa a 46 millones de ciudadanos».

De momento, según José Alejandro Vara en VozPópuli ya hay en marcha una «Operación limpieza de Felipe VI en la Zarzuela:

«No habrá mudanza, por ahora, pero habrá cambios importantes. Y hasta operación limpieza en la Zarzuela. Nuevos tiempos, nuevos equipos y nuevas maneras de proceder. La era de Felipe VI traerá sorpresas, pero sin precipitación».

La limpieza en la familia todavía tardará algo en llegar, según recoge Vanitatis. De hecho, se especula con que Letizia habría podido influir para paralizar momentáneamente el divorcio de su hermana Telma Ortiz y Jaime Ignacio del Burgo hasta que haya sido coronada Reina con su marido, Felipe VI. Habrá que esperar a ver si Telma y Jaime se hacen la foto juntos al lado de los nuevos Reyes este jueves 19 de junio de 2014.

Claro que los hay algo escépticos, como Roberto Centeno en El Confidencial:

«Cuando se conoce la realidad de primera mano y se ve a la clase política corrupta y cortesana deshacerse en elogios al Rey, dan ganas de marcharse de España».

Por su parte, Federico Jiménez Losantos tira de paralelismo con la Selección desde Libertad Digital:

«Para una gran mayoría de españoles, la noche del viernes 13 de junio de 2014, la del 1-5 ante Holanda, habrá sido la prueba inequívoca de que, pese a tanta propaganda audiovisual, tanto bombo deportivo y tantísimo autobombo periodístico, España está madura no sólo para cualquier derrota, sino para la más inesperada y absoluta catástrofe. El problema no es que la selección nacional de fútbol, secuestrada y rebautizada como La Roja, pierda; es que se haya convencido a la gente de que no podía perder Lo grave no es que el Estado Español se desintegre: es que se haya convencido a la gente de que no puede desintegrarse».

También tira de comparación con el fútbol Pedro de Hoyos en Periodista Digital, pero se muestra mucho más pesimista aún:

«Una cura de humildad tan grande como la sufrida ante la selección de Holanda (Recordemos que no jugaban España y Holanda -Los Países Bajos- sino sus selecciones de fútbol) sería deseable en otros terrenos ajenos a lo deportivo hasta convertirnos en un país serio, laborioso -donde no sólo importe cuánto timas tú sino cómo colaboras a un mundo mejor- respetuoso y que ponga su honorabilidad en otros factores personales, humanos y sociales. La crisis económica que estamos sufriendo a manos de un desmedido e insaciable capitalismo es ya en sí señal contundente de otras crisis sociales más graves y profundas, pero las reformas económicas que se han hecho, siempre a costa del hombre medio, no tienen continuidad en una sociedad entontecida que no ve sus pies de barro y que carece de perspectiva para frenar su propia decadencia. Botellón, violencia sexista, series de televisión y zafiedad y vulgaridad mental son la punta de un iceberg social contra el que algún día chocaremos».

Con este plan, es más o menos comprensible que Pablo Iglesias esté haciendo su particular agosto, en voto y en intención de voto, con un discurso algo incendiario.

Sin embargo, S. McCoy habla en El Confidencial del «verdadero Pablo Iglesias», el que no se ve en las grandes cadenas generalistas:

«Frente a la versión maquillada que ofrece en otras cadenas -mano de hierro en guante de seda, compilación de eslóganes para mayor gloria de la ensoñación utópica-, el líder de Podemos muestra su verdadera cara en esa autodenominada «Tertulia política de resistencia» que es Fort Apache, emitida por HispanTV, «canal televisivo de Irán en español» -sí, de la República Islámica de Irán, viva el ateísmo- y que él mismo modera. Uno está bastante curado de espanto, pero hacer un recurrido por el editorial de uno o dos minutos que precede a sus programas supone descubrir un personaje ladino, siniestro y cínico hasta el extremo, capaz de defender con una sonrisa en los labios -caso del ejemplo que les adjunto- el uso de la guillotina como instrumento de justicia democrática y modo de haber evitado los «horrores vividos por España». O de hacer propio, de la mano de Robespierre y sin inmutarse, eso de que el «perdón es barbarie y el castigo clemencia». Un embaucador que da verdadero miedo no tanto por lo que dice, sino por cómo lo dice, con ese punto de sadismo que ha acompañado a los peores dictadores de la historia, los que han entendido la democracia en términos de laminación del adversario».

El Confidencial Digital tiene claro que ‘Podemos’ tiene opciones de consolidarse como el nuevo partido radical de izquierdas:

En España existe un hueco claro. La crisis y el paro van a seguir mucho tiempo. Su desafío es no caer en la inoperatividad del asamblearismo como ya les pasó en el 15-M. El fenómeno Podemos tiene muchas posibilidades de consolidarse y de dar origen a un nuevo partido político, en opinión de analistas políticos y de sociólogo. Existe en España un hueco claro para un partido radical de izquierdas». Quizá por ello, «Pablo Iglesias marca distancias: «La izquierda somos nosotros, no los veteranos de Izquierda Unida». «No vamos a repetir un Izquierda Unida con otro nombre». Critican a los viejos cuadros que proceden del aparato del PCE, «una formación con todos los tics burocráticos». Izquierda Unida está intensificando los gestos hacia Podemos, en un intento de aproximación a quienes han sido sus principales rivales en las elecciones europeas, en la línea de intentar asumirlos e integrarlos. Sin embargo, la formación de Pablo Iglesias no se fía. «Relaciones cordiales, las que quieran, pero cada uno en su casa», se escucha».

Podemos está en racha… mientras el PSOE se cuece en su propio caldo en la guerra por las primarias. Jesús Cacho analiza en VozPópuli a los dos principales candidatos que tratarán de sacar al partido del pozo:

«Contra semejante fantasma trataran de luchar los candidatos a la secretaria general del PSOE el próximo 13 de julio, eligiendo entre el economista Pedro Sánchez, un guaperas con sangre en las venas, una especie de Obama instalado en una socialdemocracia tranquila, que podría hacer de nuevo realidad el milagro del outsider que termina quedándose con el santo y la limosna, y el ya famoso Eduardo Madina, el niño malo que tanto miedo, tanto tiempo, ha metido en el cuerpo a los poderosos, que veían en él una reedición de Zapatero pero en peor. Al final se ha sabido que Madina es simplemente el tapado de Rubalcaba, un chico al maneja con facilidad Elena Valenciano y que ha sucumbido ya a los encantos del establishment patrio acudiendo a cenas con los Príncipes y con destacados patronos del Ibex 35, de modo que hoy es un tipo muy razonable, razón de más para que la «nueva política» y la «democracia radical» que antaño predicaba tengan que esperar a mejor ocasión. ¿Quién teme al soldado Madina?».

Por su parte, Javier Fumero señala en El Confidencial Digital el principal problema que puede tener Madina:

«Creo que este es el principal desafío al que debe hacer frente Eduardo Madina: el riesgo de achicharrarse por haber esprintado antes de tiempo. En ciclismo pasa mucho. Uno se puede quedar sin la victoria tanto por demorarse en lanzar el ataque como por pasarse de listo y arrancar demasiado pronto. Por eso se dice que en esas etapas de primera categoría, es preciso tener nervios de acero. Creo que eso es precisamente lo que marca la diferencia entre lo que han decidido Eduardo Madina y lo que ha hecho Susana Díaz. Uno no ha podido resistirse a los cantos de sirena que, dentro del partido, clamaban por su entronización. La otra, sin embargo, ha visto que quizás era demasiado pronto: le falta experiencia, el apoyo unánime del partido y garantías para digerir con éxito una posible derrota ante el PP en las generales de 2016».

 

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