¿Lo de Podemos y los 3,7 millones bolivarianos de sus jefes es casta o no?

El Rey ‘desnudo’, el ‘pasado’ de Letizia y el ‘pastizal’ de Pablo Iglesias y los cuates de Podemos

A la nueva Reina no le van a dejar que olvide fácilmente algunos capítulos de su historia plebeya

Pablo Iglesias, Errejon y Alegre, líderes de Podemos, han cobrado como 'casta' durante más de diez años de Chavez y Maduro

Como no podía ser de otra forma este jueves no se habla de otra cosa en los digitales que de la Corona, y lo que te rondaré morena…

Javier Caraballo tira de símil en El Confidencial:

«El Rey de España, el nuevo rey Felipe VI, está desnudo. Llega así al trono, desnudo, como al final del cuento. Lo que ocurre en la fábula es que el rey camina desnudo entre sus súbditos porque, en su soberbia infinita, en su pomposa majestuosidad, los sastres más afamados del reino le confeccionan un traje invisible, «el más hermoso del mundo». Tan hermoso, le cuentan los sastres burlones, «que sólo los tontos no pueden verlo». A Felipe VI no le pasa eso porque arranca su reinado justo al final del cuento. En España, al nuevo monarca ya le han dicho de todo. La realidad que asume es tan nítida, tan cruda, tan desnuda de eufemismos o lisonjas, que Felipe de Borbón conoce sin velos el país que lo recibe, el país que tiene que afrontar».

Antonio Casado da sabios consejos, aunque un poco obvios:

«El calibre de la aproximación al reinado de don Juan Carlos ha de ser más nacional que individual. Y en ese sentido, merece pasar a la historia vinculado a dos grandes logros: la reconciliación de los españoles y el apadrinamiento de la Democracia».

A José García Domínguez lo que le llama la atención en Libertad Digital es que la gente se preocupe por cuatro perras:

«Walter Bagehot, un monárquico inglés que conocía bien los rincones más ocultos del alma humana, nos dejó escrito que «la gente respeta lo que podríamos llamar el espectáculo teatral de la sociedad». Y el clímax de esa gran representación colectiva se da en entronización de un rey. De ahí lo muy necio de andar preocupándose por la austeridad en una ceremonia tal. Allá por 1952, en plena posguerra europea, esto es, cuando en Inglaterra no había austeridad sino pura y dura miseria, la coronación de Isabel II consistió en un despilfarro tan deliberado como gozoso. Se hizo con toda la grandeza posible, con pieles, con oro, con joyas, con caballos y con incontinencia. Todo un país abatido necesitaba un contacto con lo sagrado, un rito de comunión nacional, que por sí mismo justificaba el dispendio. Nunca hubo más monárquicos en el Reino Unido que después de aquella ceremonia. Nunca. Que Dios guarde al Rey».

Cristina Losada recuerda que no hay que volverse locos con lo que se pide al nuevo Rey:

«Afortunadamente, el Rey no puede hacer nada de eso que le piden. Ni puede ni debe. El Rey no está para liderar cambios políticos. No es a él a quien corresponden en una democracia tales cometidos. En una monarquía parlamentaria, el titular de la soberanía es el pueblo, y el titular de la Corona no dispone de poderes políticos: ni ejecutivos ni legislativos ni judiciales. Sus poderes son formales: simboliza la permanencia y la unidad del Estado. Sus funciones son relacionales y de arbitraje y moderación en el funcionamiento de las instituciones. Caben ahí la sugerencia y la recomendación, pero poco más: un monarca parlamentario permanece fuera del campo de batalla político».

No todo van a ser buenas noticias para los Reyes y a la nueva Reina se le avecina tormenta. Ya lo publica Marta Bolonio en Vanitatis:

«La recién proclamada Reina vuelve a ser víctima de las palabras de Andrew Morton. Con motivo de su llegada al trono, el escritor ha querido hacer un perfil de Letizia Ortiz Rocasolano de la que ya habló en su libro Ladies of Spain, aunque por entonces la Reina y las Infantas también fueron blanco de sus críticas. En esta ocasión Morton ha escrito un extenso artículo para el periódico británico The Times en el que recoge la vida de la periodista que un día llegó a reinar. Bajo el título «Su familia odiaba al rey, pero el jueves ella será reina», el inglés hace un repaso por ese pasado que a Casa Real le hubiera gustado mantener oculto. «Cada Nochebuena la familia de Letizia veía el mensaje navideño del Rey entre abucheos», dice Morton para empezar el relato de la vida de Letizia que explicaría ese pasado republicano al que tantas veces la prensa ha hecho referencia».

Javier Fumero parte en El Confidencial Digital una lanza a favor de Doña Letizia:

«Tengo para mí que el reinado que hoy comienza va a ser muy bueno para España… también por culpa de Letizia. Lo creo por dos razones: 1. Ella se acaba de doctorar en su segunda licenciatura: la de demostrar que una plebeya puede estar a la altura de un Príncipe. 2. Aporta una mirada nueva al Rey Felipe VI. Letizia suma. La pareja real combina muy bien. Ella proporciona una perspectiva «de fuera», moderna y original en la casa. Ha demostrado tener personalidad propia y parece dispuesta a aportar cosas. Felipe VI necesita buenos consejeros para acertar. También modos nuevos de llegar a la gente, de sintonizar con la calle, de aproximar su mensaje a los ciudadanos. Letizia se confirma así como un componente esencial para este reinado».

Antonio Pérez Henares rompe la unanimidad para hacerse eco del último escándalo que salpica a Podemos y las millonarias subvenciones chavistas. Irónico e indignado se muestra en Periodista Digital en una poza titulada ‘Casta chavista’:

«Cobrar una «pastizara» como asesores de regímenes y partidos es ser casta. ¿No?. Pablo Iglesias, Errejon y Alegre, líderes de Podemos, han cobrado como tales durante más de diez años de Chavez y Maduro. O sea, que casta política española, se reconoce, no son. Pero queda claro que son Casta Politíca Venezolana y Chavista. Según su propia definición».

 

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