El pasado mes de febrero Francisco Granados ya tuvo que dimitir de sus cargos en el Senado y en la Asamblea de Madrid cuando se descubrió que tenía una cuenta Suiza con 1,5 millones de euros que nunca había declarado.
En esta primera cuenta Granados ocultaba el dinero procedente de sus ganancias en Bolsa. Sin embargo, existía una segunda cuenta.
El diario ‘El Mundo’ saca este martes a la luz la existencia de una segunda cuenta en tierras helvéticas, en la que el ex alcalde de Valdemoro habría escondido el producto de las citadas comisiones. Fue la existencia de ésta última la que alertó a las autoridades de Berna y la que acabó propiciando la puesta en marcha de esta operación contra la corrupción municipal.
Las autoridades suizas alertaron a España de la segunda cuenta de Granados porque realizaba movimientos paralelos con otro depósito que tenía en la misma entidad financiera David Marjaliza, uno de los empresarios en los que supuestamente pivotaría la trama y amigo de la infancia de Granados.
La sospechas de que podían estar siendo usadas para blanquear fondos se dispararon cuando se comprobó que los titulares de las cuentas eran un político y un constructor respectivamente.
Granados ha pasado su primera noche en los calabozos del cuartel del Instituto Armado de Las Rozas, uno de los más grandes de la Comunidad de Madrid, donde permanecerá hasta pasar a disposición judicial.
Operación Púnica
La trama en la que ha sido detenido el ex secretario general del PP Madrid Francisco Granados junto a otras 29 personas firmó sólo en los dos últimos años adjudicaciones públicas por valor de 250 millones de euros a cambio de comisiones ilegales. Estas actividades se desarrollaban al menos en ayuntamientos y comunidades autónomas de Madrid, Valencia, León y Murcia, según ha informado la Fiscalía por medio de un comunicado.
La operación, denominada «Operación Púnica», hace alusión al nombre científico del granado, el árbol de la granada (‘Punica granatum’), lo que sitúa al ex secretario General del PP de Madrid, Francisco Granados, en el centro de la trama.
En efecto, Granados desempeñaba una función clave en la red de «mordidas», la de conseguidor. Junto a los empresarios Bavid Marjaliza y Alejandro de Pedro ponía en contacto a empresarios ávidos de contratos con alcaldes corruptibles, en su mayoría del PP. Por esta operación la «mordida» o comisión que cobraban alcanzaba el 3%.
