El chorreo de corrupción que nos empapa cual chapapote en los últimos tiempos sigue colapsando la actualidad política y las columnas de opinión buscando una explicación que no llega…
Según Juan M. Blanco en VozPópuli:
«Señalar con el dedo a los corruptos, y exonerar a los justos, conduce al absurdo, a estirar con fuerza de una cereza que arrastrará a todas las demás. La corrupción no se encuentra tanto en las personas como en el sistema, en esas perversas e informales reglas. Y en la nefasta organización institucional. En un entramado donde, con muy diferentes grados de implicación, existen pocos inocentes. No es que el sistema sea corrupto; es que la corrupción es el sistema. El régimen de 1978 surgió de un pacto tácito entre los partidos y la Corona para repartirse el poder y, de paso, financiarse vendiendo favores desde las estancias del Estado. Las diferencias políticas e ideológicas no serían obstáculo mientras la vaca diese leche suficiente para todos. Los suculentos ingresos se repartirían alícuotamente entre formaciones, así nadie caería en la tentación de descubrir el pastel».
«Para favorecer el opíparo banquete, los partidos fundadores irían desactivando los controles, desmontando los contrapesos, domesticando la prensa libre. Buena parte del formidable caudal fluía puntualmente a bolsillos privados, a determinadas cuentas en Suiza. Ya no eran sólo intermediarios, cobradores y tesoreros quienes detraían un pellizco. Los altos dirigentes, apelando a la caridad bien entendida, consideraron de justicia dedicar parte sustancial a ellos mismos. Una compensación por el esfuerzo y los desvelos que garantizaría una holgada existencia al abandonar la política».
Para Cristina Losada en Libertad Digital:
«Ahí tenemos al Gobierno, por ejemplo, prometiendo una vez más nuevas leyes. O a la oposición socialista ofreciendo lo mismo pero más todavía, incluidas las primarias obligatorias, para que, así, cuando haya un corrupto sea un corrupto que fue elegido directamente por las bases. Y ahí tenemos a todos los partidos luchando a brazo partido por echarse basura los unos a los otros. Fantástico. Vamos, en fin, como un solo hombre, por la vía italiana a ninguna parte. Es decir, a ninguna parte buena».
Sin ir más lejos, según J.L. Lobo en El Confidencial echando leña sobre la Operación Púnica:
«Roberto García-Calvo, que fue magistrado del Tribunal Constitucional hasta su fallecimiento en 2008, solía frecuentar las fastuosas cacerías organizadas por varios de los empresarios implicados en la trama corrupta destapada por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en el marco de la Operación Púnica. Dos de los fijos en esas monterías, animadas con comida gourmet, vinos gran reserva y partidas de póker hasta altas horas de la madrugada, eran Francisco Granados, entonces mano derecha de Esperanza Aguirre en el PP y la Comunidad de Madrid, y David Marjaliza, uno de los presuntos cerebros de la red desmantelada el pasado lunes en la macrorredada dirigida por Velasco».
Para José Oneto en República.com:
«El día después de que el Presidente del Gobierno pidiese perdón por los casos de corrupción de su partido… se ha convertido para él en un verdadero infierno. Toda la oposición, aprovechando un Pleno convocado para un debate sobre el último Consejo Europeo, le ha pedido que, además de solicitar el perdón de la ciudadanía, dé explicaciones en el Parlamento de los numerosos casos de corrupción que afectan a su partido, especialmente al último, que estalló el pasado lunes con la puesta en marcha de la «Operación Púnica». El Pleno sobre Europa se ha convertido en un Pleno sobre la corrupción, ese que han solicitado formalmente todos los grupos políticos, y al que se opone el PP, y que, al final, tiene que ser debatido este jueves, en la Comisión Permanente, donde es muy probable que lo vete el portavoz del Grupo Popular que sostiene que es «trasnochado» usar políticamente el tema de la corrupción en unos momentos en que, lo más importante, es llegar a un consenso sobre medidas a tomar, algo que el PSOE se niega ante el temor de críticas por parte de Podemos, que sigue esgrimiendo la consigna de que PSOE y PP, la misma mierda es, un grito que hizo fortuna en las manifestaciones del 15 M, y que ha sido incorporado a la lucha del partido que dirige Pablo Iglesias».
Resumiendo en plan Pablo Planas en Libertad Digital:
«Esto es un fangal, un agujero negro, un estercolero, una fosa séptica. El envilecimiento es general. Hace ya un tiempo que el Rey se acogió a esas personas entienden mucho de corrupción. Tratan con ella cada día. De hecho, casi se podría decir que les da de comer. La tienen que contar, la explican, se topan con ella casi a cada instante, la diseccionan y la denuncian. Jublilación anticipada, pero las redadas continúan».
Y ¿cómo se defiende el Gobierno de todo esto? Según El Confidencial Digital, el «argumentario del Gobierno para defenderse ante la corrupción es que «Hemos metido en la cárcel a 56 defraudadores».
«Orden a Hacienda de elaborar un listado de escándalos económicos que han acabado en prisión durante los tres años de mandato del PP. Ha reclamado los datos a Interior El Gobierno comienza a movilizarse ante la ola de corrupción que asola al país. Prepara un argumentario con datos concretos que demuestre a los ciudadanos que la Justicia está funcionando y va a ser implacable con los políticos y empresarios implicados ahora mismo en delitos fiscales».
Con este panorama, Kiko Méndez Monasterio tiene claro en La Gaceta que:
«El PP se deshace lentamente -como una ucedé cualquiera- con ese curioso matiz de los partidos del centro, que son los únicos capaces de disolverse mientras ocupan el poder, porque esas mayorías que en otras formaciones son cemento de intereses, para ellos se transforma en un terrible disolvente. Así hemos contemplado estos años la larga marcha hacia el centro -o sea, hacia la nada- que es lo más parecido que ha habido en política a la carrera interminable de Forrest Gump, cuando corría el tipo como un desesperado sin destino alguno, y le jaleaban memos de toda condición, algunos incluso trotando junto a él. El PP concurrirá a las próximas elecciones con un único punto en su programa: «que viene el coco», tratando de hacer el negocio del miedo, que es el que hacen las tiendas de los chinos en Halloween».
Vicente Torres también habla del «coco» en Periodista Digital:
«¿En qué nivel está Rajoy? ¿En el mismo que Pedro Sánchez o Pablo Iglesias? No se trata sólo de saber elegir personas, cosa para la cual Rajoy, evidentemente, no está dotado. No hay más que ver su lista de ministros, del mismo nivel que la de Zapatero. De lo que se trata es de que haya división de poderes. De que el Poder Legislativo, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo sean independientes uno del otro. El ser humano es corrupto por naturaleza. Se trata de sentar las bases para que la corrupción pueda ser atajada de raíz. Lo de que el miedo cambie de bando es propio de la mala gente».
Y el cambio de bando parece que ya es un hecho a juzgar por las encuestas y lo que publica Juan de Dios Colmenero en El Semanal Digital:
«Podemos da la campanada en un CIS que deja groguis a PP y PSOE. La indignación y el hastío de los ciudadanos sigue alimentando a una formación que sube como la espuma en intención de voto. No por lo que propone, sino por lo que rechaza».
Los de Pablo Iglesias siguen viento en popa en las encuestas y moviendo hilos por detrás, según parece. Publica Iván Gil en El Confidencial que «el director y administrador del madrileño Canal 33, Enrique Riobóo, desvelará en un libro las «sorprendentes negociaciones» que mantuvo con uno de los promotores de Podemos, Juan Carlos Monedero, interesado, dice, en comprar su televisión local.
La oferta se produjo, siempre según la versión de Riobóo, en marzo del pasado año, tras varios meses de emisión en el Canal 33 de la tertulia política La Tuerka, conducida por el ahora líder de Podemos, Pablo Iglesias.
«Monedero me explica que la operación estaría financiada por el Gobierno de Venezuela, que él tiene previsto viajar próximamente a Caracas y que planteará allí esta cuestión», asegura Riobóo.
Pero a Pablo Iglesias y cía les ha salido un duro rival a la hora de copar titulares. Cosas de la vida, resulta que hay alguien todavía más mediático.
El Pequeño Nicolás, suma y sigue, continúa provocando ríos de tinta. Según VozPópuli, Aznar fue el responsable de la popularidad del joven:
«Un cargo del Ayuntamiento de Madrid dice que su aureola crecía cuando Aznar entraba en una sala llena de gente y pedía Fran, por favor, acércate».
A todo esto, según Javier Ruiz Nicolás ha reaparecido enviando un SMS a sus contactos desde el móvil de su madre: «Veo los informativos».
Pero La Razón ha ido un poco más lejos y ha dado con él en su misterioso refugio: «De momento soy presunto y nadie me ha denunciado».
Denunciado o no, sus «hazañas» siguen saliendo a la luz y El Confidencial se hace eco de sus fiestas marbellíes (siguiendo los pasos de su idolatrado Alonso Aznar) con chicas, reservados y vodka de 500 euros en los mejores locales. No todo era tan festivo porque según El Confidencial Digital:
«El pequeño Nicolás intentó también engañar a las víctimas del terrorismo con mensajes de móvil a la presidenta de la AVT: «A través de mi padre y sus amigos empresarios puedo ayudaros». El pequeño Nicolás, o Fran, como le llamaban sus amigos y conocidos, tiene más ´víctimas´ de las que se conocen hasta ahora. El joven también se acercó a las víctimas del terrorismo. Concretamente, a la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza».
Pero si hay un «secreto» que este jueves pulveriza los titulares en la prensa digital ese es el que desvela El Buscón de VozPópuli:
«Hasta ahora se conocía que era la mano derecha de Emilio Botín en la Fórmula 1. El puesto así lo corroboraba. Directora de Marketing Corporativo y Marca del Banco Santander. Quienes la conocen aseguran que María Sánchez del Corral es tan apasionada de las carreras de bólidos como lo era el fallecido presidente del Santander. Y del roce de tanto viaje entre los husos horarios de la F1 surgió el cariño, como dice el refranero. Tanto, que el banquero planeaba casarse antes de Navidad con la mujer que intentó amoldar el rojo de Ferrari al rojo del Santander en las primeras negociaciones del patrocinio en Italia. Incluso aseguran que los abogados del banquero estaban ya trabajando en la formulación del divorcio de Paloma O´shea, su actual esposa, con quien no existía convivencia desde hace años. El asunto venía causando más de un cisma familiar, porque ninguno de los hijos del banquero parecía estar dispuesto a dar su bendición a la futura pareja. Ni siquiera el hecho de que el fallecido llevase mucho tiempo residiendo en su apartamento en la Ciudad Financiera de Boadilla, donde descansaba del banco, a quien le dedicaba todas las horas del mundo, había servido para que el entorno familiar aprobase los planes del padre».
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