La Sección Segunda de la Audiencia de Málaga ha decidido que "no hay lugar" a suspensiones

La tonadillera y popularísima Isabel Pantoja, a la cárcel

En mayo del 2010, la Fiscalía Anticorrupción acusó a la cantante de blanquear 1,84 millones de euros procedentes de las actividades delictivas de Muñoz

font-family: arial; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: 21px; orphans: auto; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: auto; word-spacing: 0px; -webkit-text-stroke-width: 0px; display: inline !important; float: none; background-color: #ffffff;">La Sección Segunda de la Audiencia de Málaga ha decidido que «no hay lugar» a conceder a Isabel Pantoja el beneficio de suspender su ingreso en prisión para cumplir la pena de dos años de cárcel que se le impuso por un delito de blanqueo de capitales, según un auto emitido este lunes.

Precisamente, este mismo lunes, 3 de noviembre de 2014, la Fiscalía Anticorrupción en Málaga se ha opuesto a la petición realizada por la defensa de la cantante para suspender la ejecución de la pena y su ingreso en prisión, según han asegurado fuentes judiciales.

¿De qué se la acusa?

La historia de Isabel Pantoja con Marbella se remonta al año 1990, donde se produjo su primer contacto con Julián Muñoz, que en aquel entonces regentaba junto a su mujer, Maite Zaldívar, un restaurante en Puerto Banús. En plena efervescencia política, Isabel Pantoja y Julián Muñoz comenzaron sus amoríos, pese a que el antiguo camarero metido a político aún estaba casado con Zaldívar.

Tiempo más tarde Muñoz es detenido, acusado de malversación de caudales públicos y cohecho. La relación del ex político y la tonadillera sobrevivió. En el 2006 el juez Sergio Ruiz envía a Muñoz a prisión.

En mayo del 2007 la tonadillera también es detenida, acusada de utilizar sus sociedades para blanquear el dinero criminal de Julián Muñoz. El juez se centró especialmente en la extraña adquisición de un apartamento de lujo en el hotel Guadalpín, comprado en el 2003 por la empresa Franbel Artis (Fran por Francisco Rivera y Bel por Isabel Pantoja), una sociedad que entonces tenía quince euros en la cuenta bancaria.

En mayo del 2010, la Fiscalía Anticorrupción acusó a la cantante de blanquear 1,84 millones de euros procedentes de las actividades delictivas de Muñoz. En octubre, la cantante acudía en persona a los juzgados de Marbella para recoger la notificación de apertura de juicio oral en medio de un tumulto de cámaras de televisión, fotógrafos, periodistas y curiosos, a favor y en contra de la artista. 

Una escena repetida punto por punto al inicio del juicio del caso Malaya. El fiscal presentó toda una batería de hechos que demostraban la complicidad de la artista en los manejos de su ex. 

Un blanqueo que tuvo tres vías: la inmobiliaria, la financiera y la ganadera. 

Además del apartamento de Guadalpín, los fiscales demostraron que el chalé Mi Gitana, cuya compra oficial fue realizada por la sociedad Panriver (Pantoja-Rivera), fue en realidad adquirido con dinero negro de Muñoz, que siguió pagando las cuotas de la hipoteca hasta su ingreso en prisión.

 Durante los tres años que duró su relación con Julián Muñoz, Pantoja recibió en sus cuentas personales y societarias un total de 1,12 millones, cantidad similar a la que el juez le impuso como multa.

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