Los sacerdotes investigados judicialmente por presuntos abusos sexuales, actuaban de una manera similar a una secta, haciendo lavados de cerebro, según informaciones de El País. El grupo tiene su propio líder, en concreto, uno de los tres curas que el arzobispado de Granada suspendió de sus funciones tras la intervención directa del Papa Francisco.
La agrupación, formada por una docena de hombres entre sacerdotes y laicos, es conocida como el clan de los Romanones, por el nombre de uno de sus líderes. Religión digital, la web que destapó el escándalo, los define como fundamentalistas y ultraconservadores de pensamiento; pero muy modernos en la práctica, tanto en su aspecto como en sus formas.
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