«El hombre es un animal que estafa, y no hay otro animal que estafe fuera del hombre.» como diría Edgar Allan Poe.
La Policía Nacional detuvo el miércoles en Alicante al periodista español José Martín Santos, Pepe, condenado a tres años por estafa, y a un programador informático por su presunta pertenencia a una red que intentó vender por tres millones de euros imágenes, vídeos y documentos personales de los dos últimos años de la estancia del ciberactivista Julian Assange en la Embajada de Ecuador en Londres, según fuentes judiciales, según recoge José María Irujo en El País.
El Juzgado de Instrucción número 8 de Madrid ordenó los arrestos de este caso desvelado por El País, y las dos personas detenidas quedaron en libertad con medidas cautelares, según las mismas fuentes.
Las detenciones son consecuencia de la denuncia por una presunta extorsión presentada por Assange en un juzgado de Madrid tras la reunión que mantuvo un representante de Wikileaks con Martín Santos y otras dos personas que les ofrecieron vídeos y audios privados del activista.
Fuentes de la investigación aseguran que a los detenidos se les incautó material informático. La Audiencia Nacional deberá pronunciarse sobre su competencia en este caso ya que el despacho de abogados de Baltasar Garzón, representante de Assange, presentó con posterioridad a la denuncia una querella criminal contra los detenidos, otras tres personas y personal diplomático y de seguridad de la embajada de Ecuador en Londres.
José Martín fue condenado a tres años de cárcel en 2007 por simular el robo de unos muebles de la herencia de la periodista radiofónica Encarna Sánchez y de estafar a los dueños de la vivienda que fue asaltada.
El periodista, colaborador habitual de medios locales de Alicante, provocó el fuego en la casa que cuidaba para un matrimonio alemán con el fin de simular un robo y cobrar el seguro. Este periódico ha intentado sin éxito recabar la opinión de Martín.
Todo arrancó cuando el editor jefe del portal de filtraciones, Kristinn Hrafnsson, mantuvo en Madrid el pasado 2 de abril una reunión con los presuntos extorsionadores. Pepe y su equipo habían enviado antes a la organización por correo electrónico ficheros sobre las comunicaciones del abogado de Assange, Baltasar Garzón, con el ciberactivista.
Durante el encuentro, que se celebró en el hotel Victoria de Madrid, Pepe colocó ante Hrafnsson un ordenador sobre la mesa y contactó con un colaborador en Alicante que abrió por control remoto las carpetas. Este programador es la persona que fue detenida junto a Martín el pasado día 1, según aseguran fuentes judiciales
Durante esa reunión Hrafnsson descubrió que la organización de Alicante manejaba, al menos, 103 carpetas con vídeos, audios y correos privados de los abogados y amigos de Assange recibidos durante su estancia en la embajada ecuatoriana.
Los presuntos extorsionadores indicaron al representante de Wikileaks que si la organización no pagaba los tres millones, el material sobre Assange aparecería en los medios de comunicación.
Ese mismo día el editor de Wikileaks informó a la policía y presentó una denuncia. Al día siguiente se celebró un segundo encuentro en el mismo hotel madrileño que fue monitorizado y grabado por los agentes de la Unidad de Secuestros y Extorsiones (UDEV). Desde entonces, los sospechosos han estado vigilados y han alimentado la web de una supuesta agencia de noticias, Agencia6, en la que Martín y los programadores se presentan como periodistas de investigación.
La querella presentada por el fundador de Wikileaks en la Audiencia Nacional también se dirige contra el personal de la Embajada de Ecuador en Londres y miembros de la empresa de seguridad Promsecurity. Se trata de la firma que sustituyó a la española Undercover Global SL en la legación ecuatoriana cuando en 2017 Lenín Moreno accedió a la presidencia de Ecuador y Assange perdió el respaldo de este Gobierno, según los abogados del ciberactivista.