En tiempos de cuarentena, las videollamadas son la única herramienta que nos permite conectar en imagen y sonido con nuestros seres queridos y sentirles más cerca.
Desde que comenzara el confinamiento a causa de la crisis del coronavirus, las descargas de algunas apps que ofrecían estos servicios se dispararon en porcentajes extraordinarios (muchas empresas también las ponen en práctica como recurso de comunicación interno). Además de las clásicas conferencias desde Skype, WhatsApp, Instagram o Facebook, en estas últimas semanas ha brotado la popularidad de Houseparty y Zoom, dos sistemas de alta accesibilidad desde ordenadores y teléfonos móviles que satisfacen las mismas necesidades.
Sin embargo, la polémica ha tardado poco en asistir a a ambas, pues han sido objeto de desconfianza de los usuarios a causa de algunos chismes que apuntaban hacia posibles fallos en la privacidad.
Houseparty, que permite compartir pantalla a un máximo de 8 personas y ofrece juegos y pasatiempos para entretener la conversación, tardó poco en alzarse con el primer puesto de descargas tanto en Play Store de Google, como en App Store de iOS; pero la bienaventuranza le duró poco, pues un rumor infundado que rezaba que la aplicación robaba información de los dispositivos (e incluso cuentas bancarias y otras claves) sembró el pánico y muchos ‘clientes’ la eliminaron.
We are investigating indications that the recent hacking rumors were spread by a paid commercial smear campaign to harm Houseparty. We are offering a $1,000,000 bounty for the first individual to provide proof of such a campaign to bounty@houseparty.com.
— Houseparty (@houseparty) March 31, 2020
Estas murmuraciones podrían formar parte de una campaña contra el artefacto que comprara en 2019 Epic Games y, de hecho, a través de su cuenta oficial de Twitter ofrecen una retribución millonaria para quien consiga hallar el germen de la controversia.
Las imputaciones que ha recibido Zoom, por lo contrario, tienen una base más sólida. Tanto es así que hace menos de una semana se evidenció que distribuía a Facebook datos relacionados con el tiempo y la ubicación, sin haber sido esto detallado en su política de privacidad. Pese a que se ‘solventó’ con rapidez, otras investigaciones apuntaron hacia un compendio de referencias de carácter más sensible, como archivos, enlaces, grabaciones, nombres y mensajes. Todo ello podría suponer una amenaza (y elevada exposición) para la infalibilidad de las computadoras. Según unas precisiones marcadas desde The Intercept en las que valoraron el cifrado, el rango de certeza que ofrece Zoom sería similar al que promete un sitio HTTPS.
We appreciate the scrutiny and questions we have been getting – about how the service works, about our infrastructure and capacity, and about our privacy and security policies. These are the questions that will make Zoom better [Blog Post] https://t.co/tDcWxRIF2V by @ericsyuan
— Zoom (@zoom_us) April 2, 2020
Por el momento, la compañía ha anunciado la paralización de nuevas ‘usabilidades’ hasta remediar estos ejercicios.