Quiso irrumpir con fuerza, seguramente llevaba semanas pensándolo, Pablo Iglesias en el circo de los medios. Y lo ha hecho como un elefante en una chacharrería, no se esperaba menos del podemita que iba a asaltar los cielos y al final se fue para casa con el rabo entre las piernas.
Este domingo 5 de septiembre de 2021 el podemita se estrenaba como articulista en un portal digital cuarta fila, y para llamar la atención acudió a una técnica tan antigua como pésima, solo que en su caso cobraba especial relevancia. Se le ocurrió poner como ilustración una pistolita, por encima del título «¿Y si gobernaran PP y VOX?»
De modo que ya tenía lo que quería Pablo Iglesias. Enardecidos los suyos, porque ahora busca de nuevo hacerse con las calles (mediante la escritura y las tertulias y desde sus lujos personales), molestados Yolanda Díaz y compañía, y puestos en la diana a los de la derecha española.
Pero dejando de lado al expodemita, que ya no nos interesa prácticamente nada, ¿dónde queda en todo esto Pedro Sánchez, su antiguo socio de gobierno?
Pues bien, basta con acudir a la hemeroteca y llegar al verano pasado, cuando apareció Pedro Sánchez por Twitter para terciar en la crisis de la pintada Coletas Rata. Se acordarán… Y ahí fue donde Sánchez aseguró que las amenazas, el acoso y los insultos no tienen cabida en nuestra sociedad:
El acoso, las amenazas y los insultos no tienen cabida en nuestra sociedad. Frente al odio y la intolerancia siempre defenderemos el respeto, la democracia, la libertad.
Mi cariño y solidaridad a @PabloIglesias e @IreneMontero.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) August 18, 2020
Algo lógico, con sentido común y que seguramente volvería a repetir el Presidente, pero que ahora cae en un saco muy roto al apreciar cómo le engañó el podemita, aquel que jaleaba la caza a por fachas o el pateo a policías.
El más absoluto de los ridículos por la nueva beligerancia inusitada de Iglesias, recae en el Presidente, su exsocio.