Hay mil formas de iniciar esta crónica y en ninguna sale bien parado el entrenador, los jugadores y la directiva del Sevilla, así que me limitaré a decir, de momento, que el Sporting de Braga ganó con toda justicia por 3-4 en el Pizjuán y dejó en anécdota el 1-0 de la ida.
El Sevilla necesitaba dos, tres goles a lo sumo si los lusos ‘vacacionaban’ en alguna ocasión por las inmediaciones de Palop. Ése eran los cálculos. Pero la realidad fue muy diferente, dolorosa e insultante para las huestes de un equipo que ofreció, sencillamente, la peor imagen de su historia en competiciones europeas. Y eso que van ya casi cien partidos…
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