No seamos giles (tontos) y nos dejemos engañar por lo que nos quieren mostrar algunos medios
La batalla del matrimonio Kirchner por controlar los principales medios comunicación argentinos ha dado un paso más. La presidenta del gobierno argentino, Cristina Fernández de Kirchner, anunció este martes, 19 de octubre de 2010, que «sería importante nacionalizar los medios de comunicación, no estatizar, que se entienda bien para que que mañana nadie titule mal, para que adquieran conciencia nacional y defiendan los intereses del país, no los del Gobierno, sino los del país».
Aunque la señora Kirchner matice la diferencia entre nacionalizar y estatizar, su intención es controlar los medios de comunicación del país, sobre todo los más críticos: Grupo Clarín y La Nación.
Entonces, ¿que sucederá con los medios que tienen capital extranjero? Canal 9 de México y Televisión Telefé donde Telefónica tiene una importante participación.
CRONOLOGÍA DE UNA GUERRA POR EL PODER MEDIÁTICO
El enfrentamiento del gobierno argentino con el Grupo Clarin, mayor grupo de comunicación del país, comienza en marzo de 2008 cuando tras un hostil encontronazo de los Kirchner con el sector agropecuario por los impuestos del sector. El Gobierno cuestiona la cobertura del canal de noticias, TN, propiedad del grupo, asegurando que favorece al sector rural.
A finales de 2009 el Congreso argentino aprueba nueva ley de medios y en abril de 2010 el Gobierno pide intervenir Papel Prensa, el mayor proveedor local de papel para periódicos después de denunciar irregularidades en la empresa.
Clarín tiene un 49% de Papel Prensa, el gobierno argentino un 27,5% y el periódico La Nación.
Comienza una sangría de acusaciones entre el Gobierno y la familia Clarin:
Abril: Los hijos adoptivos de la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, acusan al Gobierno de usarlos como «rehenes» en su pelea con el multimedio, luego de que la justicia los forzara a entregar prendas y objetos personales para tomar muestras de ADN y verificar si son hijos de desaparecidos durante la última dictadura militar.
Agosto: El Gobierno anuncia que Cablevisión/Fibertel, una firma del grupo Clarín proveedora de Internet, ya no podrá continuar operando, y le otorga 90 días a sus más de un millón de usuarios para cambiar de proveedor, argumentando que incumplió el reglamento general de licencias.
Días más tarde, Fernández anuncia que pidió a los abogados del Estado demandar penalmente a los editores de Clarín y La Nación por supuestos delitos en la compra de Papel Prensa durante la última dictadura militar.
Dice que enviará al Congreso un proyecto de ley para controlar la producción de pasta celulosa y de papel para periódicos, con el objetivo de lograr un «tratamiento igualitario para todos los diarios de la República Argentina en precio, condiciones y cantidad».
Septiembre: La justicia aplica una medida cautelar, ordenando al Gobierno que no aplique la resolución que declara la caducidad de Fibertel. El Gobierno dijo que apelará la medida.
Octubre: La Corte Suprema de Justicia confirma que está suspendida temporalmente la aplicación de un artículo de la ley de medios que obliga a los conglomerados de comunicación a desprenderse de algunas de sus compañías.
«LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN QUIEREN QUEDAR BIEN CON LOS DE FUERA EN LUGAR DE DEFENDER EL PAÍS»
Al hablar en un acto en la planta de la fábrica textil Guilford Argentina SA, Cristina Fernández Kirchner dijo que «en ningún país ocurre lo que pasa aquí donde los medios de comunicación quieren quedar bien con los de afuera en lugar de defender al país». Esto sólo pasa aquí, en el único lugar en el mundo donde sucede esto».
Cuando teníamos políticas activas para el trabajo, cuando hicimos nuestra visita a China, cuando mencionábamos la producción nacional, los ataques más graves no los recibíamos de fuera, lo recibíamos de los medios de dentro
En ese sentido la presidenta sostuvo que «cuando por allí se pone tanto el micrófono y la cámara de televisión sobre los problemas del crecimiento me acuerdo como los medios taparon e ignoraron, a veces siendo cómplices, aquéllas políticas de entrega y subordinación y no dijeron ni una sola palabra ni sacaron una sola foto».
Por eso a veces pienso si no sería importante nacionalizar, no estatizar que se entienda bien, los medios de comunicación para que adquieran conciencia nacional y defiendan los intereses del país.
Recordó también que «cuando el acto de River del otro día en los festejos del 17 de octubre algunos medios se quejaban que se cortaba la ruta por apenas dos horas, pero esos mismos medios no decían nada cuando durante cuatro meses los argentinos teníamos cortadas las rutas en 2008».
No seamos giles (tontos) y nos dejemos engañar por lo que nos quieren mostrar algunos medios