Escuché con suma atención el acto que se transmitió ayer por cadena nacional. No solamente por el interés que suscita el tema de Papel Prensa, sino, sobre todo, por la mención de un crimen de lesa humanidad que resulta de firmas ?como el caso de Lidia Papaleo de Graiver varias veces mencionado anteriormente? arrancadas bajo tortura en busca de posesiones materiales.
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