Mónaco bulle en la fiesta europea del fútbol, una sesión inaugural en el Principado que ya empieza a hacerse clásica. El mundillo alegre y confiado que creció en torno a un casino y que sonríe al mundo con la elegancia de los Grimaldi acogió ayer la entrega de premios del curso pasado, el sorteo de la Champions y proclamará hoy un supercampeón. Título hiperbólico al que esta vez opta nuestro viejo y entrañable Atlético, que, como el Tenorio, lo mismo pisa las cabañas que los palacios. Esta vez le toca un palacio, el coqueto estadio de Mónaco, de nombre regio, Luis II, y que es tan bonito como una cajita de música.
El sorteo deja un grupo estruendoso, con el Real Madrid, el Milán y el Ajax abrumando con veinte Copas de Europa al menos glorioso Auxerre, una oferta grata para el Barça (Panathinaikos, Rubin Kazan y Copenhague) y unos rivales de brío para el Valencia (Manchester United, Glasgow Rangers y Bursaspor). En fin, que Raúl no jugará contra el Madrid, pero sí Ibrahimovic, al que el Barça vendió ayer al Milán. Malpensados, abstenerse: la operación estaba ya en marcha antes del sorteo. Pero la verdad es que el asunto tiene su gracia y su grano. El Milán es más Milán con Ibrahimovic que sin él. Más pimienta para nuestro mundillo.
Lee el artículo completo en www.as.com