Se va apagando la euforia del domingo en el campamento de la Esperanza, al pie de la mina San José (Chile). Y lo que es peor, puede que se esté acabando también la alegría que estalló entre los 33 mineros atrapados desde el 5 de agosto. «Ahora vendrá un periodo de depresión y abatimiento», admitió ayer en San José el ministro de Salud, Jaime Mañalich. Allí mismo, familiares de los mineros colgaron un cartel de cinco metros: «Vamos, carajo, un montón de tierra y piedras no pueden con este puñado de atacameños».
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