Tan jugosas y nutritivas como las que engrosan la cesta de la compra y zarandean el IPC son las frutas exclusivas de estos meses, pero más selectas y refinadas por su estricta temporalidad. La estación es feraz y permite una cohabitación entre estos frutos genuinamente otoñales y los de gran consumo.
La manzana, la uva, la pera o el melocotón vienen del verano camino del invierno; y la naranja brota ahora y estará en los árboles hasta el verano. Estas frutas comerciales (indiscutiblemente gloriosas si no abusaran de almacén y temporalidad) cuentan ya con tantas variedades y tal demanda que están muchos meses en el árbol y, desde luego, todos los meses en la tienda.
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