Si el objetivo de Scariolo era no caer en los mismos errores que en el Europeo, la primera jornada del Mundial ha refrescado la memoria de los más escépticos. En Polonia se empezó con mal pie y en Turquía se ha repetido la historia. Francia se aprovechó de la inconsistencia española y consiguió una merecida victoria con la que no contaba.
Justo triunfo porque los de Collet supieron nadar donde su rival se ahogó. Los tiros libres supusieron un auténtico calvario para los españoles, al mismo tiempo que dirigían el triunfo hacia el lado galo. Con los puntos que Felipe, Marc y compañía se dejaron en el camino, la victoria habría tenido otro color. Especulaciones estériles.
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