«La codicia es buena», decía Gordon Gekko en Wall Street. Esa película se estrenó en plena resaca del crash de octubre de 1987 y su secuela está a punto de llegar a los cines, de nuevo en plena resaca -en esta oportunidad, de la Gran Recesión-, aunque con una diferencia: de aquella crisis bursátil que apenas afectó a la economía real se salió a toda velocidad, mientras que ahora van ya tres años y aún queda tormenta para rato. Cada vez que empieza a escampar, los mercados sorprenden con un giro brusco, normalmente sin datos sustanciales que expliquen ese cambio de tendencia. Así ha sucedido esta misma semana. Pero una cosa está clara: con o sin buenas razones, vuelve el pesimismo. Y vuelve desde el lugar donde empezó todo, EE UU.
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