Existe una España que llama a la ilusión. Que parece sentirse con fuerzas (y ganas) de defender su título mundial. Existe otra, sin embargo, que se empeña en invitar a las dudas. Que se mete en problemas por conceptos tan elementales como un mal bote o un pase imposible entre Kleiza, Pocius y Kalnietis, cuando la solución para evitar la segunda derrota era tan clara como desgarradora: el triple de Navarro …
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