Hubo un tiempo en que Stephen Hawking creía que el avance del pensamiento humano, gracias a la ciencia, permitiría conocer «la mente de Dios». Con este singular concepto, se refería a entender el origen del universo. Era una forma de apaciguar a los creyentes en Dios/Alá/Yahvé u otras deidades. Los caminos de la religión y de la ciencia no tenían por qué discurrir por planos diferentes …
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