Todo estaba preparado para que la Diada transcurriera de la forma más tranquila, sin incidentes. La Generalitat planteó un acto central institucional, como en años anteriores, y descargó de tensión la ofrenda floral al monumento de Rafael de Casanova conseller primer cuando Barcelona sucumbió al asedio de las tropas de Felipe V en 1714, montando un cordón de seguridad de tales dimensiones que dejó sin voz a los que año tras año acuden al lugar con el único fin de gritar e insultar a quienes consideran traidores de la causa catalanista …
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