Mourinho sabe jugar. Y disfruta haciéndolo. Más que nada porque se siente el centro del mundo. La federación portuguesa le ofreció el cargo de seleccionador durante dos partidos (los de octubre contra Islandia y Dinamarca, fundamentales para la clasificación para la Eurocopa). De ser por él, encantado de ir …
Lea el artículo completo en www.elpais.es