Viendo que quien esperaba en la cama era poco más que una chiquilla, abonó los cien euros que Guillermo había fijado como tarifa y se marchó sin hacer nada
La pesadilla se prolongó durante más de dos años.
Todo empezó en febrero de 2005, cuando por primera vez Guillermo Eduardo L. S. se acercó a recoger a la salida del instituto a una muchacha de 14 años a cuya familia conocía.
El principal acusado obligó a la adolescente a desnudarse y la hizo esperar hasta que regresó acompañado de un desconocido que la ‘manoseó‘ mientras el forzoso encuentro era grabado en vídeo, aunque finalmente, ante la resistencia de la muchacha, el invitado desistió de culminar la agresión sexual.
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