Lo incongruente es que a cambio de disponer en vivo y en directo de la estrella, tengas que promocionar el horror que acaba de interpretar
Ni el misógino más cerril podría negar la hermosura de Julia Roberts, poseedora de un rostro del que es imposible desviar la enamorada mirada.
Todo en ella chorrea atractivo, clase y sensualidad. No hace falta exprimirse el cerebro para comprender el eterno estrellato de esta preciosa mujer, que aunque las arrugas empiecen a amenazarla siga gustando a todo cristo.
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